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Consigue ahora el 40% de reembolsoMás que una innovación vistosa para hacer vídeos divertidos o resumir los deberes de los chicos, la IA tiene aplicaciones magníficas en todos los sectores. La inteligencia artificial está revolucionando la industria, desde la ciencia aeroespacial hasta las cosas más cotidianas. Por supuesto, la industria automotriz ha adoptado con éxito la IA en el diseño y fabricación de vehículos. Pero además, la IA podría mejorar increíblemente la seguridad en las vías en un futuro muy cercano.
En apenas un par de años, la inteligencia artificial ha logrado más avances en la tecnología que décadas de investigación y desarrollo. La increíble capacidad de asimilar y procesar enormes cantidades de datos permite procesar más información que el ordenador más potente.
Además, su memoria, que parece casi infinita, le permite analizar por sí misma datos históricos y hacer análisis predictivos. Pero, adicionalmente, la IA tiene una capacidad de aprendizaje autónomo que no se había visto hasta la fecha.
Todos estos elementos han hecho de la IA una revolución en todos los ámbitos de la vida. La IA se usa en prácticamente todos los sectores industriales y científicos con absoluta eficacia. Su capacidad ha sido aprovechada por la industria para favorecer la llegada de la industria 4.0 o la nueva revolución industrial.
Esta corriente industrial habla sobre la automatización, la producción sostenible y la eficiencia de los procesos como sus banderas más importantes. Y, lo que era hasta hace muy poco un sueño, hoy, gracias a la IA es una realidad tangible en muchas industrias, incluyendo la automotriz.
Las marcas más importantes del mundo del automóvil han incorporado la IA dentro de sus procesos para reducir costes y maximizar su eficiencia.
La inteligencia artificial ha podido optimizar los procesos de fabricación de partes de vehículos a una rapidez y con una precisión que aumenta de forma escalable. Asimismo, la capacidad de hacer simulaciones de escenarios con miles de variables en simultáneo, ha reducido las pruebas de desempeño a una fracción del tiempo.
Todo ello ha creado un entorno, aún en desarrollo, en el que la producción de coches se convierte en un proceso rápido, barato y sobre todo, más seguro. Dentro de todos los avances de la IA en la industria automotriz, estos son los más destacables:
En cualquier proceso industrial, la velocidad de producción se suma a la eficiencia y la reducción progresiva de los costes. Especialmente, la industria automotriz trabaja arduamente en garantizar vehículos cada vez más seguros, prácticos y baratos.
Los departamentos de investigación y desarrollo de todas las marcas se encargan de procesar, estudiar y analizar elementos que hacen a los productos y procesos más eficientes. Sin embargo, las limitaciones tecnológicas no permiten lograr los avances necesarios para implantar las mejoras en un tiempo menor.
Actualmente, cada vez que una innovación sale al mercado, pueden pasar años o incluso décadas para que las pruebas den resultados concluyentes. Prueba de ello, han sido los nuevos sistemas de seguridad o sistemas de movilidad sostenible.
Todo esto, sin contar que el coste de una innovación inicia con su pico más alto hasta que se perfecciona y puede ser asequible para todos. En este sentido, la IA planea reducir a una fracción los tiempos de desarrollo de nuevas tecnologías. Gracias a su capacidad de análisis ultra precisos, monumentales y en tiempo real, la tecnología podría aplicarse en plazos de semanas en lugar de años o décadas.
Para que puedas medir este elemento, toma por ejemplo una innovación como los ADAS o sistemas de asistencia en conducción. Estos sistemas tardaron décadas en ser admitidos por las administraciones globales, pues las pruebas de campo eran insuficientes. Algunos errores minúsculos no terminaron de convencer a los organismos de seguridad vial mundiales si no hasta hace muy poco.
La IA podría cambiar este panorama con una capacidad de análisis de escenarios insospechada. En minutos, una IA puede analizar millones de veces más datos que el ordenador más potente del mercado. Además, puede hacer interactuar miles de variables en simultáneo para crear situaciones tan realistas como inusuales.
No conforme con esto, la IA puede comunicarse con cualquier dispositivo de forma independiente donde y como sea. Lo que se conoce como IoT o el internet de las cosas, le permite a una IA capturar datos de un coche y procesarlos in situ. Esta ubicuidad le permite analizar a la vez, millones de coches que están interactuando con una tecnología y medir su desempeño.
Pero además, tiene una capacidad que sólo tiene la mente humana y es la de aprender por sí misma. Basada en sus propios errores y los análisis de datos históricos, la IA puede predecir el futuro con diferentes escenarios a la vez. Esto le permite a la IA crear protocolos de acción A, B, C en cada situación.
¿La ventaja? Un coche puede crear una respuesta por sí mismo en una situación específica aún antes de que el evento suceda. Es decir, tu coche, podría pensar y actuar por su cuenta mucho antes de que incluso tú puedas percibir un peligro.
Los economistas conocen un concepto llamado “economías de escala”, es decir, una reducción de los costes asociada a un aumento de la demanda. Pero, algunos estudiosos llegan más allá y lo definen como la optimización de los costes (y por ende, de los precios) gracias a la maximización de la eficacia.
La industria automotriz ha sido pionera en la economía de escala. De hecho, este concepto prácticamente fue inventado por Henry Ford y su producción en cadena. Un ejemplo más que tangible lo tienes en el coche eléctrico. El precio de un vehículo eléctrico hace una década era el doble o más del precio actual.
Pues bien, la IA puede reducir estos tiempos de maduración del mercado y reducción del precio en una mínima expresión. La mejora en la eficiencia de la producción, estrictamente a demanda, podrá crear coches más eficientes a un precio mucho menor.
Adicional a todos estos cambios, la IA está cambiando el entorno de la seguridad en la conducción. Señales inteligentes, coches que detectan el entorno y sistemas que previenen el riesgo antes de suceder, serán cada día más, una realidad patente, fíjate como.
La inteligencia artificial ha logrado mezclarse en nuestra cotidianidad a un ritmo mucho más acelerado que el internet o las redes sociales. Si piensas que la forma en que conduces es diametralmente distinta a la que conducían tus padres, espera a ver lo que hará la IA en la tuya.
En muy poco tiempo, la IA cambiará la forma en la que conducimos con una seguridad cada vez más alta y una reducción increíble de la siniestralidad.
En la actualidad, existen señales de tráfico controladas por IA que pueden cambiar por variaciones en el entorno. De forma autóloga, una señal puede cambiar el límite de velocidad o incluso prevenir peligros en la vía en pocos segundos. Semáforos que cambian de acuerdo al volumen de tráfico, señales de advertencia cambiantes y otras innovaciones ya pueden verse en diferentes vías del mundo.
Pero, por encima de estos elementos puntuales, la IA plantea cambios en la seguridad basados en diferentes elementos como:
Los sistemas con inteligencia artificial pueden detectar obstáculos en la carretera para generar alerta en tiempo real. Pueden obtener información sobre las condiciones meteorológicas de un lugar específico y crear protocolos de conducción de aplicación inmediata.
La Inteligencia Artificial procesa datos históricos y predictivos de accidentes y genera información sobre probabilidades de accidente. Estos datos pueden cambiar a lo largo del día o el año, lo que podría reducir los riesgos a una mínima expresión.
Sistemas como el alcohol-block controlado por IA previene la conducción en estados alterados con análisis biométricos específicos y de respuesta automática. Pero además, los sistemas ADAS pueden analizar de forma más precisa las condiciones de alerta y desempeño del conductor para minimizar los errores humanos que causan accidentes.
Los asistentes con IA permitirán tomar decisiones en la carretera de manera colaborativa, lo que mejora la eficiencia y maximiza la seguridad. En la actualidad, sistemas como el Lane Assist y el Side Assist, le permiten a un conductor saber cuando está dentro del carril y dominar sus puntos ciegos. Igualmente, estos sistemas podrían en un futuro controlar el vehículo de tal manera de prevenir riesgos inminentes más allá de la propia capacidad de respuesta del conductor.
Estos son sólo algunos ejemplos de la IA aplicada a la seguridad, pero como puedes intuir, estos cambios se generan a una velocidad cada vez mayor. La IA tiene la absoluta capacidad de crear análisis predictivos y generar sus propias ideas que podrían aplicarse en la vida diaria.
En este contexto, algunos conductores no comprenden a cabalidad las capacidades y beneficios de la IA en la conducción. Esto se debe a algunos mitos que enturbian la percepción del presente y futuro de la IA en la seguridad vial. Mira sólo algunos.
Muchas personas son resistentes a los cambios tecnológicos, pues piensan que podrían crear condiciones que desmejoren su calidad de vida. Algunas personas piensan en la invasión de la privacidad, mientras que otras analizan ¿Qué pasaría si la IA tiene fallos que causen accidentes?
Y, en este sentido, algunos de los mitos más populares parten de un desconocimiento de las capacidades de la IA. En algunos casos se subestima y en otros, se le atribuyen capacidades que no tienen. Estos son sólo algunos de los mitos que más escucharás y que poco o nada tienen que ver con la realidad:
Y podríamos llenar folios enteros sobre los exabruptos más imaginativos sobre la realidad de la IA. Lo cierto es que la conducción no corre ningún peligro. Hasta ahora, la inteligencia artificial tiene el propósito de mejorar la vida de las personas. La reducción de los errores humanos, la adaptación a un entorno cambiante y el análisis multivariable son las principales ventajas de una tecnología al servicio de la seguridad.
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Por supuesto, toda esta tecnología está siendo analizada por gobiernos, científicos y organismos internacionales. Algunas innovaciones se aplicarán de forma gradual y otras ya están en pleno proceso de integración.
Las aseguradoras son un buen ejemplo de la integración vertical con la IA. Las empresas de seguros están cada vez más convencidas de la capacidad de la IA en el análisis de riesgo. Estas tecnologías reducirán la siniestralidad y permitirán una conducción mucho más segura.
Los seguros de coches podrían en un futuro muy próximo ser un agente de cambio positivo. Con la incorporación de la IA en el cálculo del riesgo y la mejora en la conducción, conducir será cada vez más seguro y beneficioso para todos.
Los coches autónomos no son una idea de un futuro distópico de alguna película de Hollywood. Hoy en día existen miles de vehículos autónomos de nivel 5 circulando en el mundo. Desde pequeños vehículos de entrega de mercancías hasta aviones y barcos 100% automáticos.
Si algo ha probado la innovación es que tiende a abaratar los costes de producción y por ende, los precios. La IA plantea un reto para la industria, pues tiene la capacidad de crear una producción más eficiente de forma más acelerada. Por lo que los precios podrían reducirse drásticamente y de forma progresiva.
De hecho, ya están dadas las condiciones para que así sea. Por ejemplo, los coches fabricados desde el 2022 deben contar con sistemas ADAS obligatorios. Por lo que es probable que la incorporación de la IA sea obligatoria en un futuro muy próximo.
Como los sistemas de asistencia al conductor, es probable que la IA sea obligatoria, en una primera fase, sólo para los fabricantes. Pero, aún es muy pronto para saberlo y se requieren muchas discusiones a nivel legislativo en muchos organismos multilaterales.
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