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Consigue ahora el 40% de reembolsoEn el último año, los precios de casi todos los productos han experimentado un cambio importante. El índice de Precios al Consumo (IPC) ha aumentado exponencialmente, mientras que la inflación acumulada llega casi al 5,7% lo que ha afectado también a muchos servicios, entre ellos los relacionados con el mantenimiento de nuestro coche.
El cambio del aceite es un acto clave para el mantenimiento de tu vehículo, si es de combustión. De ello depende que dure el motor en las mejores condiciones posible. La frecuencia de este cambio depende de cada coche, pero, en la mayoría de los casos, se debe cambiar entre los 15.000 y 30.000 kilómetros.
Esto supone para algunos coches pasar por el taller cada año y para otros cada dos años. Pero no cambiar el aceite de tu motor puede dañarlo seriamente, porque afecta a una correcta lubricación, lo que puede ser muy peligroso para tu seguridad y la de los pasajeros. Para saber si debes pasar por el taller, comprueba los niveles de aceite y atento a su color, ya que si está de color negro o muy oscuro, significa que debes cambiarlo cuanto antes. En el taller, deberán comprobar las recomendaciones de la marca y cuál es el aceite que necesita el vehículo.
En 2023, cambiar el aceite del motor cuesta cerca de los 90 euros. También depende del tipo de aceite, por lo que los precios pueden ser más bajos o más caros en función de su calidad y durabilidad.
También depende del taller y del aceite que utilice. En 2022, el precio medio de cambiar el aceite y el filtro era de 90 euros y en 2023 se sitúa más o menos en el mismo nivel. A pesar de que puede parecernos mucho, es uno de los aspectos del mantenimiento del coche más asequibles. La ciudad más barata en este sentido es Málaga y la más cara las Islas Baleares. Madrid y Barcelona se sitúan en un nivel medio.
Cambiar el aceite es bastante fácil y lo puedes hacer por tu cuenta, sin necesidad de acudir a un taller, aunque es una operación esencial para la salud del motor. Esto es así porque el motor está compuesto por una serie de elementos en movimiento que son los transforman la energía química del combustible en energía mecánica. Para que todas estas piezas funcionen adecuadamente y duren lo más posible, es imprescindible que estén correctamente lubricadas.
El aceite es el elemento que lo consigue. Lo habitual es revisar el aceite una vez al mes, o cuando vayamos a emprender un viaje largo por carretera. El momento de cambiarlo depende de la marca, aunque debe hacerse en un plazo máximo de dos años. Si se trata de un vehículo antiguo que funciona con aceites minerales, el cambio debería hacerse cada 10.000 kilómetros o una vez al año.
Para cambiar el aceite no es necesario saber de mecánica. Es bastante sencillo. El motor debe estar apagado y el vehículo debe estar aparcado en un terreno llano, para evitar que un desnivel del suelo afecte a la operación. Además, el coche debe estar frío, porque si está caliente puede afectar al nivel de aceite.
Lo primero que hay que hacer es levantar el capó y localizar la varilla del aceite. Suele tener un color llamativo para que se pueda encontrar con facilidad (amarillo o naranja). Después hay que retirar esta varilla y limpiarla de manera que no queden sobre ella partículas de aceite. Cuando esté limpia, hay que introducirla de nuevo. Es importante hacerlo de manera rápida y directa. Luego hay que volver a sacarla, de forma que podamos comprobar el nivel del lubricante.
Hay que fijarse en las dos letras que están grabadas en la parte inferior: una corresponde al nivel mínimo (la más próxima al extremo) y la otra al máximo. La marca del aceite debe situarse entre ambas marcas. Para asegurarte de que todo está en orden, conviene repetir el mismo procedimiento al cabo de unos minutos.
Si al comprobar el nivel del aceite, descubres que está por debajo de la marca de mínimo, esto supone un grave riesgo para los elementos del motor. Para evitarlo, debes rellenar sin demora el depósito utilizando el mismo lubricante que ya tiene el vehículo, de manera que el líquido llegue al nivel correcto. Por eso es importante llevar siempre una botella de lubricante en el coche y saber cuál es el tipo que debes usar.
Si no cambiamos el aceite (y los filtros), podemos encontrarnos con varios problemas mecánicos. En primer lugar, con un desgaste mayor de las piezas metálicas, un taponamiento del filtro al acumularse la suciedad o un peligroso aumento de la temperatura del motor, que puede tener graves consecuencias.
La falta de lubricación puede ocasionar ruidos en el motor o la rotura de los casquillos de la biela, por exceso de rozamiento o (lo más grave) un gripado del motor, esto es, una rotura provocada por el exceso de rozamiento de sus piezas metálicas, que se atascan y no pueden seguir funcionando. Supone una costosa reparación.
Los precios de las revisiones del coche varían dependiendo del taller elegido y de la marca y el modelo. Este año 2023 son más caras que el anterior, en torno a un 20%. Evidentemente la factura aumenta si hay que sustituir alguna pieza. El precio total de cada revisión suele oscilar entre los 200 y los casi 1.000 euros. En un taller multimarca, la revisión puede salir por unos 200 euros de media, mientras que será de unos 300 euros en un taller del fabricante. Una revisión completa cuesta entre 500 y 900 euros. Las revisiones dependen de lo que establece el fabricante y de los kilómetros recorridos y son necesarias para asegurar las condiciones de seguridad del vehículo.
En la primera revisión, que suele tener lugar entre los 5.000 y los 10.000 kilómetros, se supervisa que el coche esté en buen estado. En la segunda revisión, entre los 30.000 y los 35.000 kilómetros, se cambia el líquido anticongelante, mientras que en la tercera, a partir de los 60.000 kilómetros, se cambia el líquido de frenos si se considera necesario.
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En cada revisión, el mecánico comprueba si al coche le hace falta algún recambio o reparación, como por ejemplo cambiar las escobillas del parabrisas, algo que debe hacerse después del verano. La factura del taller depende también del precio de la mano de obra, del coste de las piezas que haya que reemplazar, así como de la marca y del modelo del coche. La diferencia según las marcas puede ser muy amplia, dependiendo de si se trata de un coche accesible o de alta gama.
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Para un vehículo con un motor de combustión es una operación muy importante, porque de ello depende que el motor dure lo suficiente en buen estado. El aceite lubrica todas las partes del motor e impide que estén sometidas a un rozamiento excesivo, lo que puede causar graves averías.
En la actualidad, el precio está en una media de 90 euros. Pero el precio depende de la provincia, del taller –multimarca o exclusivo–, de la mano de obra y del aceite que necesita el coche.
Sí, es una operación relativamente sencilla. Primero hay que localizar la varilla del depósito, que suele tener un color llamativo (amarillo o naranja) y limpiarla. Después hay que volver a introducirla y sacarla de nuevo para comprobar si el nivel del aceite está entre las dos marcas de máximo y mínimo. Si el nivel está por debajo del mínimo, hay que rellenar el aceite.
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