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Consigue ahora el 40% de reembolsoLas aseguradoras calculan el precio del seguro de un coche o de una moto atendiendo al historial de siniestralidad del conductor, su lugar de residencia, su edad o los años de carné de conducir que tiene, entre otros aspectos. Aparte de los datos del conductor, también tienen en cuenta los relacionados con el vehículo: la antigüedad, la potencia, el lugar de aparcamiento… y el coste de las reparaciones según el modelo. Algunos centros especializados como CESVIMAP, que es el centro de investigación de accidentes de MAPFRE, donde analizan, entre otras cosas, cómo mejorar los tiempos y la calidad de la reparación de un vehículo tras un siniestro. Esto permite, teóricamente, ajustar las primas de los seguros en función de los costes de reparación de cada vehículo.
Zona de investigación del crash test de CESVIMAP (Jesús Domínguez)
Actualmente, la mayoría de los accidentes son siniestros leves (daños de carrocería y pintura) y que gracias a los grandes avances en tecnología, en los próximos años más del 70% de los siniestros serán sólo de este tipo. El personal de CESVIMAP realiza pruebas de choque o “crash test” a una velocidad controlada de entre 15 y 16 km/h, simulando el impacto de un vehículo contra un bloque de hormigón de 35 toneladas. Posteriormente, repararan las piezas dañadas, analizando los tiempos de la operación y anotando los costes de los elementos deteriorados.
CESVIMAP realiza una clasificación de vehículos según los costes de reparación. Para ello estudia los datos extraídos de tres parámetros diferentes que pueden ayudar a ajustar la prima de algunas coberturas del seguro: la resistencia del vehículo ante un golpe, la protección frente al robo y el análisis de los sistemas de seguridad de los vehículos.
Gracias a los “crash test”, los investigadores obtienen información sobre los daños de un determinado vehículo que pueden comparar con los sufridos por otro modelo que haya tenido el mismo golpe. A continuación, analizan los métodos y los tiempos de reparación y sustitución de las piezas dañadas, así como el comportamiento de estas ante un nuevo impacto. Todo, con el objetivo de mejorar la calidad y garantizar la seguridad de las operaciones.
En CESVIMAP analizan la capacidad de resistencia de un vehículo frente al robo haciendo uso de la fuerza y comprobando después el grado de dificultad de ponerlo en funcionamiento, ya que cada modelo dispone de diferentes dispositivos de seguridad y no todos tienen la misma eficiencia. Así, aquellos modelos que obtengan peor valoración en este apartado pueden tener subidas en la prima de la cobertura de robo.
Además de las pruebas de choque, en CESVIMAP prueban los Sistemas de Asistencia al Conductor Avanzado (ADAS, por sus siglas en inglés) de “los últimos modelos más vendidos del mercado y los que incorporan nuevos elementos de seguridad activa”, según detalla Juárez. Para ello, realizan pruebas prácticas relacionadas con los componentes de seguridad, como es el sistema antibloqueo de frenos y de estabilidad (ESP) o el sistema autónomo de frenada, a distintas velocidades.
Para este último caso, pudimos ver en exclusiva cómo recreaban una situación en la que un Hyundai i30 se aproximaba a distintas velocidades a un obstáculo que simulaba la presencia de otro coche. La primera prueba resultó fallida y el i30 golpeó contra el objeto. En las demás repeticiones el coche frenó correctamente sin colisionar en ningún caso, ni siquiera cuando alcanzaba los 30 km/h. Datos como estos son recogidos por los investigadores y permiten comparar los datos obtenidos entre los diferentes modelos y ajustar la prima para aquellos que estén mejor preparados para evitar un accidente en el que el conductor resulte civilmente responsable.
Si damos un parte como responsables de un accidente en el que hay daños a terceros, es probable que nuestra póliza de seguro sufra un aumento en la renovación. La compañía aseguradora puede considerar que solo es rentable para ellas si realizan una subida de la prima. Por otra parte, si quieres cambiar de compañía, porque no estás contento con la actual, pero tienes dos partes de accidente de los que eres responsables, será más difícil que la nueva aseguradora ofrezca un precio competitivo.
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¿Cómo funciona el sistema de seguro?
Las compañías aseguradoras funcionan bajo el sistema de buenos y malos conductores: premian en sus pólizas a los conductores que no producen gastos (buenos), y estos pueden beneficiarse de descuentos en sus pólizas del año siguiente, frente a aquellos que ocasionan gastos a la aseguradora (malos), que cargarán con pólizas que aumentan año tras año. Hay aseguradoras que permiten dar hasta tres partes con culpa al año, pero otras suben el precio de la siguiente anualidad por dar solo uno. Aunque ya son muchas las aseguradoras que utilizan sistemas del estilo “Pay As You Drive” (“Paga como conduces”), que calcula la prima en función de cómo conducimos. Para ello, instalan un dispositivo que monitoriza el vehículo, los kilómetros que haces y los lugares por donde circulas habitualmente.
Cuando sube el precio de tu seguro debes comprobar si se trata de una variación que está previamente indicada en el contrato. La aseguradora podría incrementar el precio del seguro sin notificárselo al cliente, mientras dicha subida esté especificada en el contrato. El incremento del precio del seguro es legal si la variación está especificada en la póliza. Si no puede asumir esta subida o no responde a alguna de las cláusulas establecidas en el contrato, tienes tres formas de actuar: reclama a tu aseguradora, reduce coberturas para lograr un precio más económico o cambia de entidad. Si eliges esta última opción, debes saber que para cancelar la póliza tienes que notificárselo a tu compañía actual por escrito y, al menos, con un mes de antelación a la fecha de vencimiento.
Atendiendo al historial de siniestralidad del conductor, su lugar de residencia, su edad o los años de carné de conducir, entre otros aspectos. Aparte de los datos del conductor, también tienen en cuenta los relacionados con el vehículo, tales como la antigüedad, la potencia, el lugar de aparcamiento… y el coste de las reparaciones según el modelo.
Existen algunos centros especializados como CESVIMAP, que es el centro de investigación de accidentes de MAPFRE, donde analizan, entre otras cosas, cómo mejorar los tiempos y la calidad de la reparación de un vehículo tras un siniestro. Esto permite, teóricamente, ajustar las primas de los seguros en función de los costes de reparación de cada vehículo.
CESVIMAP realiza una clasificación de vehículos según los costes de reparación. Para ello estudia los datos de resistencia del vehículo ante un golpe, la protección frente al robo y el análisis de los sistemas de seguridad de los vehículos.
Sí, gracias a estos estudios y a los grandes avances en tecnología, en los próximos años más del 70% de los siniestros serán sólo leves –daños de carrocería y pintura–, según estas investigaciones.
Fuentes:
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