Ventajas y desventajas de tener un coche híbrido

No solo hay un único tipo de coche híbrido

No hay un único tipo de vehículo híbrido, sino tres, basándose en la capacidad de la batería y en la habilidad del motor eléctrico para impulsar o arrancar el coche. Algunos gozan de los beneficios de la etiqueta ECO otorgada por la Dirección General de Tráfico, mientras que otros pueden portar la etiqueta CERO, el sello de emisiones nulas.

Las diversas categorías de vehículos híbridos son los microhíbridos (MHEV), los híbridos convencionales (HEV) y los híbridos con posibilidad de carga (PHEV). La gran mayoría de los coches híbridos fusionan un motor de gasolina con uno eléctrico, pero hay marcas, como Mercedes-Benz, que producen versiones híbridas enchufables con diésel. Se ve a los híbridos como una transición hacia los automóviles completamente eléctricos.

Cómo funciona un coche híbrido

Habitualmente está formado por un motor térmico – de ciclo Atkinson, un tipo de motor de combustión interna– , con una potencia no demasiado elevada, pero con una reducción importante de consumo. A su funcionamiento se une, además, una máquina eléctrica y una batería específica. La potencia del motor eléctrico suple la que no produce la máquina eléctrica, pero nunca están ambos funcionando al mismo tiempo al 100%, por lo que su potencia combinada no es la suma de ambos.

Esta tecnología permite fabricar vehículos de 100 o 200 CV. Los coches HEV (Hybrid Electric Vehicle) son auto recargables, porque no necesitan recargar externamente la batería, sino que lo hacen recuperando energía mediante la frenada, las desaceleraciones y el motor térmico. Esta energía sirve para ser utilizada de nuevo por el motor eléctrico. 

Las ventajas

Los coches híbridos no funcionan de forma eficaz en todas las condiciones, pero hay bastantes situaciones en las que son muy eficientes, porque permiten aprovechar la  energía eléctrica de la batería, como en la puesta en marcha y cuando se circula a baja velocidad.

En tales circunstancias, posibilitan una reducción del consumo, ya que los motores de combustión gastan menos al alcanzar revoluciones estables y el vehículo sigue con ese impulso, en particular al transitar por carreteras. Los automóviles híbridos aceleran y frenan de manera constante, al igual que los tradicionales, pero emplean la electricidad como fuente de energía y recobran gran parte de la energía durante las aceleraciones. Uno de los principales beneficios de los motores eléctricos es su capacidad para alterar su modo de operación y producir electricidad cuando ya no se requiere el motor de combustión. Veamos sus otras ventajas:

1. Circulación urbana

Los semáforos, los pasos de peatones, las obras o los frenazos nos impiden mantener una velocidad constante en ciudad. Esta constante aceleración y freno del vehículo desgasta los frenos e incrementa el consumo de combustible. Los motores de combustión no son especialmente eficientes tras arrancar después de detenerse en un semáforo, por ejemplo. Es en esa situación en la que la hibridación es especialmente útil, porque el motor eléctrico apoya al motor térmico.

En los vehículos híbridos, tanto los que se pueden enchufar como los que no, si el conductor no presiona el pedal del acelerador al máximo al iniciar la marcha, el motor de combustión no se activa y el automóvil se desplaza usando la energía eléctrica en esos primeros tramos, evitando así el consumo de combustible. En el caso de los coches enchufables, pueden alcanzar velocidades superiores a los 120 km/h. Por otro lado, en los microhíbridos, el motor eléctrico no tiene la capacidad de propulsar el vehículo por sí solo, pero sí contribuye a disminuir el gasto de carburante.

2. Circulación por carretera

A la hora de circular por carretera, los coches híbridos presentan numerosas ventajas, ya que al desplazarse a un ritmo constante y a una velocidad moderada (sobre 90 km/h), el coche puede avanzar por inercia y retener lo suficiente en las curvas.

Durante las etapas de aceleración ligera, el componente eléctrico respalda al motor térmico y el consumo se reduce significativamente en comparación con un vehículo no híbrido. No se requiere una gran potencia, ya que esta aumenta exponencialmente con la velocidad, permitiendo que el motor de combustión cese su actividad en ciertas ocasiones y que el automóvil pueda moverse únicamente con energía eléctrica en determinados segmentos.

3. Acceso a las Zonas de Bajas Emisiones

La ventaja de este tipo de vehículos, además de ahorrar combustible, es que reduce las emisiones de CO2 y pueden obtener distintivos medioambientales que les permiten acceder al centro de las ciudades, a las zonas de bajas emisiones. Para los híbridos que se pueden enchufar (PHEV), se puede conseguir la etiqueta CERO si el coche alcanza una autonomía superior a los 40 kilómetros en modo completamente eléctrico.

Los híbridos convencionales o híbridos auto-recargables (HEV) pueden conseguir la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico. También pueden obtener descuentos en aparcamientos regulados, parkings o en el impuesto de circulación y matriculación.

Las desventajas

No todos los conductores pueden sacarle partido a un coche híbrido. En este caso están los que realizan frecuentes viajes largos por autovía a gran velocidad o por carreteras sinuosas con muchos cambios de ritmo. 

1. Viajar por autovía o con el coche cargado

Las dos circunstancias requieren una potencia más sostenida. Estas condiciones no son las más adecuadas para un motor híbrido, ya que la principal fuente de potencia proviene del motor de combustión y el componente eléctrico pierde gran parte de su relevancia. Sin embargo, los microhíbridos cuentan con el beneficio de tener un respaldo eléctrico que contribuye a disminuir el consumo en desplazamientos.

Por su parte, los híbridos enchufables son poco eficientes en lo que a consumo de carburante se refiere, cuando se agota la batería, esto es, tras los 40 u 80 kilómetros. En ese momento, aumenta de forma notable el gasto de combustible con respecto a un motor térmico sin hibridación.

2. Conducir con remolque

Al conducir con un remolque, el vehículo necesita más potencia para mover el coche, con lo que el apoyo eléctrico no es tan eficaz. Si utilizas un remolque con frecuencia, puede ser más útil quizás un motor diésel: es el mejor motor a la hora de aprovechar la fuerza su fuerza y  con un consumo más bajo. 

3. Más complicaciones técnicas y más averías en el futuro

Cuando el sistema eléctrico empieza a sufrir las consecuencias por el desgaste de la batería, se producen reparaciones más caras, aunque solo sea para sustituir la batería.

El resto de elementos mecánicos son más resistentes, y los motores térmicos resultan bastante sencillos desde el punto de vista mecánico. Además, estos vehículos pesan más y su precio es más caro. Tampoco hay que olvidar que también contaminan, porque cuando usan el motor eléctrico no emiten gases al medio ambiente, pero cuando éste queda inactivo, el coche sigue contaminando. 

Los expertos de Arpem recomiendan…

En España, los usuarios se quejan, sobre todo, de la falta de puntos de recarga, además de una autonomía corta de la batería. Por esta razón, consideran importante que el seguro cubra la recarga urgente de ésta en el lugar en que se queda parado el coche y que la póliza garantice que el coche pueda llegar al punto de recarga más cercano o ser remolcado. Los seguros de asistencia en viaje constan de este servicio, pero hay que saber el límite de kilometraje para prestar el servicio, porque no todas las pólizas lo ofrecen desde el kilómetro cero. 

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