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El pasado fin de semana conocíamos la terrible noticia del fallecimiento del futbolista José Antonio Reyes a causa de un accidente de tráfico en la autovía A376 en dirección al municipio sevillano de Utrera, su localidad natal. Iba acompañado de dos de sus primos, uno de los cuales también fallecía, mientras que el otro era ingresado con pronóstico grave y quemaduras en más del 60% de su cuerpo.
Según apunta lo que ha trascendido a los medios del informe de la Guardia Civil, el vehículo que conducía el canterano del Sevilla FC, un Mercedes Brabus S550 de 550 caballos de potencia, chocó contra la barrera izquierda de la calzada mientras circulaba a más de 220 km/h (algunas informaciones apuntan a 237 km/h aunque el informe policial no lo recoge).
El impacto provocó el reventón de la rueda y, por consiguiente, Reyes perdió el control del vehículo, que acabó incendiado tras cruzar dos carriles y saltar a un pequeño barranco por la parte derecha de la vía. Al parecer, el único superviviente salió casi ileso del accidente y fue al tratar de ayudar a sus dos primos cuando el coche explotó y sufrió las lesiones que lo mantienen hospitalizado.
Aunque el vehículo circulara a una velocidad muy superior a la permitida, no es un motivo que las aseguradoras utilicen para excluir o limitar las indemnizaciones que correspondan, tanto a su asegurado como, por supuesto, a los pasajeros, que en este caso tienen la consideración de terceros perjudicados.
De esta manera, la aseguradora deberá indemnizar a las víctimas y en ningún caso podrá ejercer el derecho de repetición, pues esta herramienta sólo puede ser utilizada en caso de circulación bajo los efectos del alcohol, sin permiso de conducir o cuando sea debido a la conducta dolosa del conductor.
Para que los beneficiarios de José Antonio Reyes tengan derecho a una indemnización por su fallecimiento, la póliza del seguro debería disponer de la cobertura voluntaria de seguro de conductor, la cual indemniza al propio conductor en los accidentes en los que sea responsable, como en este siniestro en el que se produce una salida de vía sin terceros implicados.
En lo que respecta a los primos que acompañaban al jugdor andaluz, que esta temporada militaba en el Extremadura UD de la segunda división española, tienen cobertura a través del seguro obligatorio de responsabilidad civil, que indemniza los daños personales ocasionados por el vehículo hasta un máximo de 70 millones de euros.
Para calcular la cantidad que les corresponde tanto a los beneficiarios del fallecido como al primo que pudo salir con vida del accidente, es necesario acudir al baremo de la Ley 35/2015, el cual establece una valoración de los daños y perjuicios causados teniendo en cuenta la edad, la gravedad de las lesiones, la situación laboral e, incluso, el número y edad de las personas que tuvieran a su cargo.
Las imágenes del vehículo que han aparecido en numerosos medios de comunicación permiten ratificar, sin lugar a dudas, que las pérdidas son irreparables y por lo tanto se trata de un siniestro total, por lo que el seguro pagará su valor a los beneficiaros siempre que contara con una póliza a todo riesgo con cobertura de daños propios, de lo contrario, no correspondería ninguna indemnización por el coche, cuyo precio de venta es superior a los 100 000 euros.
Para saber qué cantidad corresponde es necesario conocer cuál es el año de matriculación del vehículo y posteriormente acudir a las condiciones generales del seguro. La mayoría de las compañías ofrecen el valor a nuevo durante los dos primeros años y a partir del tercero pasan a dar el valor venal, es decir, el valor de venta del vehículo en el momento anterior al siniestro, o el valor venal mejorado en un tanto por ciento.
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