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Consigue ahora el 40% de reembolsoCada modelo de coche viene de fábrica con un límite de consumo oficialmente establecido por la marca. No son cifras exactas, puesto que suelen fijarse en unas condiciones concretas, pero dan una idea de cuál puede ser el consumo. Sin embargo, puede haber situaciones en las que el consumo de tu coche aumente de forma inexplicable. Repasamos cuáles pueden ser las causas.
Cuando se produce un consumo excesivo de tu coche, la razón más habitual suele estar relacionada con los neumáticos: puede deberse a una presión de su inflado que no es correcta, esto es, que esté por debajo de lo recomendado, lo cual hace que el coche gaste más combustible de lo habitual.
Por eso, lo primero que hay que hacer si notas que tu coche consume más de la cuenta es revisar los neumáticos. Conviene revisar su presión una vez al mes, porque la presión de los neumáticos también influye en la seguridad de la conducción. También hay que evitar usar neumáticos de invierno en los meses cálidos.
Una segunda causa que puede explicar un exceso de consumo de tu coche es el mal funcionamiento del filtro de aire. Esta es una pieza muy importante para que el motor funcione correctamente y debe estar limpia, porque esto asegura la limpieza de la mezcla de combustible y aire que entra en el motor.
Si el filtro de aire está sucio o en mal estado, el motor se puede desgastar de forma prematura, porque impide que funcione adecuadamente y pierda potencia, con lo que el consumo se puede disparar, lo que también hace que sea más contaminante para el medio ambiente.
Si has revisado tu coche y has comprobado que la presión de los neumáticos es correcta y el filtro del aire está limpio, tu coche puede que necesite una puesta a punto. Esto suele afectar a los coches más antiguos con motores de carburación. Pero esto también puede sucederles a los modelos más modernos que funcionan con inyección electrónica.
Un motor en buen estado funcionará de manera más eficiente, lo que significa que quemará combustible de manera más completa y producirá más potencia con menos consumo. El mantenimiento regular, como el cambio de filtros de aire y bujías, garantiza un rendimiento óptimo.
El uso del aire acondicionado y de la calefacción puede aumentar también de forma significativa el consumo de tu coche. Por eso, es importante utilizarlo solo cuando es necesario y dándole una potencia adecuada. Esto puede ahorrarte mucho combustible, especialmente en verano.
Además, conviene aparcar en zonas resguardadas a la sombra y ventilar el coche cuando lo ponemos en marcha, abriendo las ventanillas. Puede haber también algunos elementos, como las barras de transporte de equipaje en el techo o los portabicis, que pueden aumentar la resistencia cuando conduces por carretera. Por eso, si no se utilizan este tipo de elementos, lo mejor es desmontarlos.
El peso puede ser un causante del exceso de consumo de tu coche. Por eso es importante tener claro qué vas a necesitar y qué no para no sobrecargarlo. No es buena idea utilizar el maletero como trastero: esto obliga a que la mecánica del coche haga un esfuerzo suplementario que incrementa el gasto en combustible. Puede aumentar un 1% por cada 45 kilos de carga extra. Si se trata de un cofre colocado encima del techo, el consumo puede llegar a ser de hasta un 25 % más para una velocidad de 120 kilómetros por hora. El aumento de peso puede deberse también al número de ocupantes.
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Un gasto extra de combustible no significa necesariamente que el vehículo tenga una avería. Ya hemos visto que el aire acondicionado o la calefacción pueden aumentar el consumo y esto no es fácil de evitar en los días más calurosos o fríos del año. En cualquier caso, las revisiones del coche son imprescindibles para evitar problemas en la mecánica del motor: la alimentación, el encendido o el sistema de escape (válvulas y filtros). Cumplir cuidadosamente con los plazos de cada revisión evitará éste y otros problemas. Un uso inadecuado del aceite también puede trastocar el consumo. Esto ocurre cuando se sustituye el lubricante recomendado por otro más denso, por ejemplo, que daña el rendimiento del motor y aumenta el consumo. Hay que cumplir siempre las especificaciones.
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No necesariamente. Las razones más comunes suelen ser la utilización de la calefacción o del aire acondicionado, la suciedad del filtro del aire, que hay que revisar cada poco tiempo, un exceso de carga o un inflado inadecuado de los neumáticos. Es necesario poner límite a todo ello para que el motor del coche no esté sometido a una excesiva presión. En ese caso podría dañarse.
Sí, es importante llevar el vehículo a una revisión periódicamente para ver si el filtro del aire está sucio o si los neumáticos están inflados de forma correcta. A veces, puede ocurrir que nuestro coche necesite una puesta a punto. Es especialmente necesario en los coches más antiguos.
Sí, por eso hay que evitar convertir el maletero en un trastero o llevar el cofre del equipaje en el techo si no se está usando. El aumento de pasajeros también incide en el funcionamiento del motor, que debe hacer más esfuerzo y, por tanto, gasta más.
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