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Consigue ahora el 40% de reembolsoLas “dashcams”, también conocidas como “cámaras de salpicadero” se utilizan de forma muy frecuente en lugares como China o Rusia. Se instalan en el parabrisas, al lado del retrovisor, y con él se puede grabar cualquier incidente que tenga lugar frente al coche, desde un robo a un accidente. Esto facilita aclarar una posible controversia o apoyar una denuncia. La demanda está creciendo en Europa y en España.
Una “dashcam” es una cámara de alta resolución. Se suele instalar en el salpicadero del vehículo o en la luna trasera y, de esta forma, pueda captar todo lo que ocurre mientras éste circula. Su precio suele oscilar entre los 30 y los 200 euros. En algunos países utilizarla es legal, en otros es incluso obligatorio, como pasa en Rusia. En este país, estas cámaras han sido muy útiles para que disminuyan los fraudes, las denuncias falsas o los atropellos simulados. En Estados Unidos, son los policías los que están obligados a llevarlas para grabar sus actuaciones.
¿Es legal llevar estas cámaras en nuestro coche y grabar con ellas? La respuesta es sí. De hecho, algunos coches la tienen instalada de fábrica. Eso sí, es importante tener en cuenta que se debe respetar la regulación de protección de datos y no vulnerar las normas de tráfico.
Existen muchos modelos de este tipo de cámaras y de varios precios. Hoy, con la generalización de uso, es fácil encontrar marcas con una buena relación calidad/ precio que cumplan la normativa sobre Protección de Datos. Estas grabaciones se pueden utilizar como prueba en accidentes y otro tipo de percances.
Esta suele ser la razón para que muchos conductores españoles hayan empezado a comprar este tipo de dispositivos. Las imágenes que captan las “dashcam” pueden también utilizarse para ayudar a la policía y a las compañías de seguro a la hora de clarificar cualquier proceso y demostrar la culpa del conductor o de un tercero.
Su precio ronda los 60 euros y destaca su buena relación calidad/precio. Su peso es de 240 gramos y se coloca en un soporte que se puede pegar en todo tipo de superficies. Dispone de una batería de polímero de litio, resistente a altas temperaturas, aunque es conveniente enchufarla a la toma de 12 voltios o a un puerto USB. Su sensor de imagen es Sony IMX307 y graba a 1080p a 30fps en cualquier condición, también de noche y en días nublados y de lluvia.Tiene control de voz para activar sus funciones. No dispone de pantalla, pero sí de wifi para enviar imágenes a un móvil. No tiene GPS.
Esta es una “dashcam” económicas y efectiva. Cuesta 38 euros, y tiene un diseño muy compacto y una instalación sencilla con una ventosa que permite acoplarla a la luna delantera. Pesa 230 gramos, graba a 1080p con un ángulo de visión de 170 grados. También dispone de una batería de litio ion, que permite utilizarla sin que esté enchufada a una toma de corriente. Tiene también una función de detección de movimiento. Todas sus funciones se manejan a través de cuatro botones y sus imágenes se almacenan en una tarjeta micro SD. Acumula más de 1.000 valoraciones en Amazon, con una puntuación de 3,5 estrellas sobre cinco posibles. No tiene GPS.
Esta es una de las “dashcams” más populares. Sólo pesa 100 grados y es muy compacta, con batería, pantalla, WiFi y GPS. Graba en 4K con un ángulo de 170 grados y dispone de un sensor de movimiento para grabar en caso de que se produzca una colisión. Su imagen nocturna es de muy buena calidad. Dispone de monitor de aparcamiento. Conserva las grabaciones en una tarjeta micro SD. Eso sí, necesita estar conectada a un enchufe para funcionar mientras se conduce. Se coloca en la luna del coche con una ventosa y dispone de cable USB y cargador de coche. Cuesta 90 euros.
Dispone de una cámara delantera para coche de 2,1 Mp que graba a 1080 píxeles, con un ángulo de visión de 140 grados. Cuenta con la función de detección de incidentes y modo aparcamiento. Su tamaño es muy reducido y se coloca mediante un soporte adhesivo y guarda las imágenes en una tarjeta micro SD. También dispone de conexión WiFi y una aplicación para acceder a ella desde el móvil. No tiene GPS ni pantalla, pero sí grabación de audio opcional. Cuesta alrededor de 34 euros.
Pesa solo 70 gramos. Dispone de una segunda cámara para instalar en la parte posterior del coche, junto a la matrícula. Se acopla al cristal delantero con una ventosa, graba a 1080p con un ángulo de 170 grados, y dispone de detección de movimiento y visión nocturna y almacena las imágenes en una tarjeta micro SD. Su precio es de 60 euros. No tiene GPS.
Su precio es de 62 euros y dispone de pantalla LCD de 3 pulgadas. Su peso es de 181 gramos y se coloca en el cristal con una sencilla. Graba audio e incluye también una segunda cámara para permitir visión trasera a la hora de aparcar. Graba a 1080 píxeles con un ángulo de visión de 170 grados. Cuenta con una batería interna y guarda las imágenes en una tarjeta micro SD. No tiene GPS.
Las “dashcam” son especialmente útiles para las compañías de seguros, pero en España existe un vacío legal en el uso de las “dashcam”. La Dirección General de Tráfico permite llevar una cámara en el interior del coche, pero, dependiendo de para qué se va a utilizar puede ser ilegal.
Según la Ley de Protección de Datos, no está permitida la difusión de fotos o videos sin el consentimiento de las personas cuyo coche o identidad es identificable. Por tanto, solo se pueden usar para finalidades domésticas, pero la ley no aclara si las “dashcam” son o no legales. La Ley en España también establece que solo pueden grabar imágenes en lugares públicos las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Grabar el desempeño del tráfico de forma continuada se considera vigilancia, no uso doméstico.
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Uno de los peligros de las “dashcam” es manipularlas mientras se está conduciendo. Esto puede ser susceptible de denuncia y sanción, según el artículo 11 del Código de Tráfico y Seguridad Vial, que establece que el conductor debe estar en todo momento atento a la conducción, para garantizar la seguridad propia y de otros usuarios.
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Por tanto, no se pueden utilizar dispositivos como pantallas, reproductores de vídeo o música, navegadores o móviles. Por esta razón, manipular una “dashcam” durante la conducción podría llevar a una sanción de 200 euros y una pérdida de tres puntos del carnet de conducir. También puede ser motivo de sanción llevar la “dashcam” situada de manera que dificulte la visión del conductor. Esto puede suponer una sanción de 100 euros.
Es una cámara de alta resolución que se suele instalar en el salpicadero del coche y que permite grabar todo lo que ocurre mientras el coche circula. En algunos países como Rusia es incluso obligatorio llevarlas. En España, su uso se está generalizando. Son especialmente útiles para las compañías de seguros y también para la policía.
Sí, es legal. Algunos coches la traen instalada de fábrica. Eso sí, no se debe vulnerar la Ley de Protección de Datos, lo que quiere decir que solo pueden usarse para uso doméstico y no para difundir las imágenes de forma pública.
No. Se puede encontrar entre 30 y 200 euros. Son ligeras y de pequeño tamaño, constan de wifi y de activación por voz y, algunas, de GPS, aunque no todas. Almacenan las imágenes en una tarjeta de memoria.
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