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Consigue ahora el 40% de reembolsoComo buen conductor, seguramente haces un mantenimiento básico de los componentes de tu coche. Sin embargo, pocos conductores son conscientes del desgaste acumulado de sus motores y que, a la larga, producen averías mayores. Uno de estos mantenimientos poco frecuentes es la descarbonización de los motores diésel. Hoy aprenderás qué es y por qué deberías incluir la descarbonización en tus mantenimientos periódicos.
Los coches con motores diésel han probado su eficiencia en términos de rendimiento y economía. Usando un carburante más económico, estos coches han logrado avances significativos y con pocas diferencias con los tradicionales motores a gasolina. Sin embargo, es fundamental comprender las diferencias que existen entre ambos combustibles.
El diésel o gasóleo es un hidrocarburo derivado de la refinación del petróleo compuesto de parafinas y aceites carburantes. Es decir, es un líquido inflamable pero con una menor volatilidad que la gasolina y por lo tanto, que necesita mayor temperatura para su combustión.
Este hidrocarburo ha sido usado con éxito para el funcionamiento de motores, especialmente para motores de vehículos. El motor diésel genera una mayor temperatura pero, a su vez, puede aprovechar mejor cada litro de combustible debido a una mayor duración de la ignición.
Por su parte, los motores a gasolina tienen un aprovechamiento más rápido de la combustión que genera mayores temperaturas en menor tiempo. Aún así, es un hidrocarburo más refinado y con menores residuos en el proceso.
Precisamente por la generación de residuos, los motores diésel han estado en la lupa de los gobiernos y organizaciones ambientales por años. De hecho, los motores diésel actuales necesitan de componentes adicionales que reducen la emisión de gases contaminantes.
Pero, uno de los aspectos negativos del diésel como carburante de motores es la generación de subproductos de desecho. Siendo un líquido menos refinado y que arde a una mayor temperatura por un mayor tiempo, genera residuos sólidos dentro del motor.
Uno de esos residuos se denomina carbonilla o como se conoce coloquialmente, hollín. Esta capa viscosa y ennegrecida es parte del proceso de la combustión del gasóleo y crea uno de los mayores daños en el motor: La carbonización. ¿Qué es la carbonización? Fíjate en su origen y sus características.
El diésel, siendo un combustible más eficaz a largo plazo en términos de rendimiento, es un producto menos refinado que la gasolina. Su proceso de producción implica la mezcla con diferentes parafinas y aceites de mayor punto de ignición. Esta “quema” más lenta y duradera deja un grave problema dentro de tu motor.
A lo largo de la combustión del diésel, existen una serie de compuestos que no pueden ser evaporados dentro del motor. Además, el humo más denso de la combustión del gasóleo genera como subproducto un hollín o carbonilla.
Este residuo no se elimina de forma eficaz dentro de la cámara de combustión. Por el uso continuado, los pistones arrastran dentro del cilindro estos residuos hasta formar una pasta compacta que afecta su normal funcionamiento.
El resultado de la acumulación de residuos de carbonilla es una pérdida de la eficiencia de los pistones. Estos tienen que hacer un mayor esfuerzo para desplazarse dentro del cilindro, lo que reduce drásticamente la eficiencia general del motor.
La carbonilla puede desplazarse por arrastre hacia otras partes del motor y aún con más fuerza hacia el sistema de escape. Consecuentemente, el tubo de escape libera a la atmósfera una mayor cantidad de gases contaminantes.
Químicamente, la carbonilla puede contener trazas de óxido de nitrógeno, azufre y monóxido de carbono. Todos estos residuos están catalogados como gases de efecto invernadero y altamente contaminantes.
Por esta razón, los gobiernos han obligado a los fabricantes de coches a incluir mecanismos que neutralicen la producción de residuos del motor diésel. Aditivos como el AdBlue y otros componentes como catalizadores, ayudan a reducir este residuo tan nocivo.
Pero, lo que pocos conductores toman en consideración es que la carbonilla puede eliminarse periódicamente del motor. Mediante un proceso llamado descarbonización puedes reducir los riesgos ambientales y de rendimiento de tu coche. Fíjate algunas razones para hacerlo.
A la hora de elegir tu coche diésel, seguramente has pensado en el rendimiento por litro de combustible y un gasto menor en repostaje. No obstante, es fundamental que comprendas que aunque sea más eficaz en términos económicos, el uso del diésel requiere de un mantenimiento extra.
La limpieza de residuos del gasóleo dentro de la cámara del motor y el tubo de escape, es una práctica que no es frecuente en la mayoría de los conductores. Mira sólo 5 de las muchas razones por las que debes pensar en la descarbonización periódica de tu motor:
La acumulación de carbonilla en tu motor diésel es inevitable con el paso del tiempo. Además, esta acumulación puede afectar negativamente la eficiencia del combustible, disminuyendo el rendimiento por litro. Hacer una descarbonización periódica elimina estas acumulaciones, optimizando la eficiencia del motor y permitiéndote ahorrar a largo plazo en costes de combustible.
Un motor limpio no solo quema combustible de manera más eficiente, sino que también produce menos emisiones nocivas. La descarbonización contribuye a una combustión más limpia y reduce la liberación de gases contaminantes al medio ambiente, haciendo tu conducción más amigable con el entorno.
La carbonilla acumulada puede convertirse en un agente abrasivo, provocando un desgaste prematuro de las piezas del motor. Descarbonizar elimina este riesgo, reduciendo la fricción y el desgaste, y prolongando así la vida útil de componentes críticos como pistones, segmentos y válvulas.
Un motor limpio es menos propenso a problemas mecánicos. Al eliminar el carbono, reduces la posibilidad de fallas en las válvulas, sensores de oxígeno y otros componentes relacionados con el sistema de escape, así reduces las costosas reparaciones y aumentas la confiabilidad de tu coche.
Con el tiempo, es común tener una pérdida gradual de potencia en los motores diésel debido a la acumulación de carbonilla. Mediante la descarbonización se restaura la potencia perdida al eliminar las obstrucciones en los conductos de admisión y escape, permitiendo que el motor respire y funcione como debería.
Asimismo, los residuos de carbonilla en las válvulas y en las cámaras de combustión pueden afectar los arranques del motor. La descarbonización mejora la combustión, facilitando los arranques y garantizando un funcionamiento más suave y eficiente.
La acumulación de carbonilla en las válvulas y pistones puede generar ruidos no deseados y vibraciones en el motor. Al realizar la descarbonización, eliminas estas acumulaciones, reduciendo los ruidos y mejorando la suavidad del funcionamiento del motor.
Con un motor más limpio generas menos estrés mecánico. Al eliminar las obstrucciones, disminuye la resistencia a la rotación de las partes móviles, reduciendo así el estrés y prolongando la durabilidad de componentes críticos.
La descarbonización periódica no solo beneficia a tu coche, sino que también contribuye a un medio ambiente más limpio. Al reducir las emisiones y mejorar la eficiencia del combustible, estás haciendo tu parte para cumplir con los estándares ambientales y reducir la huella de carbono de tu vehículo.
En España, la ITV tiene como nueva normativa revisar con lupa las emisiones de gases de todos los vehículos. Una mayor emisión de gases por el escape puede causar una ITV desfavorable e incluso, negativa. Con una descarbonización periódica aumentas las posibilidades de salir airoso de tu próxima ITV.
Cómo puedes ver, hay muchas razones personales y ambientales para hacer una descarbonización periódica de tu motor. Este trabajo debe hacerse en talleres especializados. Aunque no suele ser costoso, hay conductores que no lo tienen dentro de sus presupuestos. Asimismo, muchos conductores se preguntan si el seguro puede cubrir alguna avería por carbonización. Estas son algunas consideraciones muy importantes en este sentido.
Dentro del espectro del seguro, las averías suelen estar exentas de cobertura y sólo se incluyen si son producidas por un siniestro. Es decir, si por efecto de una colisión o un accidente de cualquier tipo, alguna pieza sufre daños, el seguro cubrirá su reparación y/o sustitución.
Sin embargo, las reparaciones producidas por el desgaste, abuso, mal uso o falta de mantenimiento, suelen quedar fuera de la cobertura. A menos, que contrates una póliza de garantía mecánica.
Esta póliza no es muy común entre particulares y sí es frecuente en las pólizas de flotillas. Especialmente, en las pólizas de empresas de transporte, de alquiler de coches u otras relacionadas. Pero, algunas aseguradoras cuentan con coberturas especiales para ciertas reparaciones del motor, transmisión, carrocería y sistemas más importantes.
Aseguradoras como Mapfre, Mutua Madrileña, AXA y RACE, cuentan con seguros de garantía mecánica para sus clientes. Esta es una póliza adicional a la cobertura a todo riesgo con diferentes condiciones y excepciones. Mira las más importantes:
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Estas pólizas son esencialmente, una extensión de las garantías que ofrecen los fabricantes sobre sus vehículos. A menudo son contratadas por aquellas personas que recién adquieren un coche nuevo o de segunda mano.
La mayoría de las pólizas cubren averías por defectos de fabricación o accidentales, más no averías por desgaste y/o falta de mantenimiento. Por un tiempo determinado en el contrato, las pólizas de garantía mecánica cubren estos tipos de averías:
No todas las aseguradoras cubren las mismas averías y tampoco ofrecen las mismas condiciones. Algunas tienen una red de talleres afiliados en los que la garantía puede accionarse y otras cubren el reembolso de la reparación.
La Unión Europea creó en 2001 la disposición Euro 6 que obliga a los fabricantes de coches a reducir las emisiones de motores diésel. Por esta razón, los coches diésel actuales deben usar un aditivo de urea y agua desmineralizada llamado AdBlue. Este aditivo reduce la carbonita y óxido de nitrógeno expulsados por el tubo de escape pero no reduce la acumulación interna en el motor.
La descarbonización, aunque es relativamente rápida, requiere de una serie de destrezas y equipamiento que suelen tener con mayor frecuencia los talleres especializados. Por ende, no es recomendable hacer este tipo de operaciones por ti mismo.
Si, en el mercado hay talleres especializados en el mantenimiento y reparación de motores diésel. Estos talleres cuentan dentro de sus servicios con la descarbonización como una oferta muy habitual.
Aunque los coches a gasolina pueden acumular residuos, no suelen necesitar de una descarbonización periódica. Este es un proceso mucho más común en motores diésel debido a las características del carburante.
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