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Consigue ahora el 40% de reembolsoEsta es quizá una de las disciplinas automovilísticas más al alcance de los aficionados. Se llama drift y puede llegar a ser muy divertida si la practicas con seguridad y conciencia. Consiste en ir enlazando curva tras curva, de manera que el coche nunca va recto. A continuación, te contamos exactamente en qué consiste y cuáles son los mejores coches para practicarlo.
El “drift” o “drifting” es un tipo de competición automovilística, que apareció en los años setenta, en Japón. Hoy tiene miles de aficionados. Su origen está en las estrechas curvas de las carreteras de montaña japonesas, y el objetivo es derrapar en cada curva, de manera que el coche siempre va ladeado, a la mayor velocidad y con la mejor inclinación.
Es una especie de control del coche mientras va descontrolado. Las técnicas para hacer drift son numerosas y se ha convertido en una de las competiciones de mayor éxito en Estados Unidos y en Europa.
Lo primero que se necesita para practicar drift es tener constancia. Es una técnica complicada y aprender a dominarla lleva tiempo. Básicamente se trata de sentarse en un coche durante horas y aprender a derrapar. Lo segundo que se necesita es dinero. El mundo del motor no es barato, aunque el drift es una de las disciplinas más asequibles.
No hace falta un coche nuevo para empezar ni acudir a un circuito importante. Lo básico es un coche de propulsión trasera, fácil de encontrar de segunda mano, por menos de 1000 euros, y efectuar unas modificaciones al vehículo que tampoco son demasiado caras.
Puedes comprar un BMW Serie 3 de hace veinte años o un deportivo japonés de los noventa. En cualquiera de los casos, una de las modificaciones que necesita el vehículo para practicar drift es dotarlo de un diferencial autoblocante, que habitualmente no se instala de serie.
Si no puedes hacer ese gasto, siempre tienes la posibilidad de soldar el diferencial que tenga instalado, en un taller mecánico. Ten en cuenta que con el diferencial bloqueado, el coche solo se puede usar en un circuito, queda inutilizado para desplazarse con él, porque es un peligro. Sin embargo, siempre podrás comprar, un autoblocante que luego podrás usar para otros coches.
Con el autoblocante sí puedes circular por la carretera. Además necesitarás un asiento tipo “backet” para ir bien instalado sin sufrir zarandeos. Se pueden comprar nuevos o de segunda mano. Con estos dos elementos, el coche está listo para el drift.
Para obtener un coche de drift totalmente equipado se puede mejorar la suspensión, dotarlo de un freno de mano hidráulico, instalar una caja de cambios secuencial, mejorar el motor o modificar la ECU (Engine Control Unit), que centraliza todos los sensores del coche. En cualquier caso, lo primero es encontrar un coche de segunda mano, que no sea muy caro, pero que sea sólido con muchos recambios disponibles y sencillo de reparar, porque el drift supone un gran desgaste en el vehículo.
Te mostramos, a continuación, algunos ejemplos asequibles y adaptados al drift que puedes encontrar:
Es útil cualquier BMW de propulsión, y Serie 3, son baratos y sencillos de mantener. El motor necesario es un 325i, de 192 CV. Es posible encontrar algunos coches de este tipo por menos de 1.000 euros.
Es una muy buena opción para empezar, aunque son algo más caros. Tienen suficiente potencia y pueden equiparse con todo lo necesario en cuanto a mecánica.
Se puede elegir entre varias motorizaciones suficientemente potentes para mover este vehículo, que es muy ligero.
Este coche japonés tiene un motor wankel y de propulsión. Es uno de los mejores modelos para practicar esta disciplina, aunque más caro (unos 4.000 euros).
Es otro deportivo de origen japonés y podemos encontrarlo con diferentes motores, aunque es algo caro, no menos de 5.000 euros, de los 4.000/5.000 euros.
Este es un vehículo barato y no muy potente, pero puede ser una buena opción si tienes un presupuesto ajustado. En general, los Volvo de propulsión son una buena opción.
Se puede encontrar por 4.000 euros de segunda mano. Es suficiente su versión IS 200 de 155 CV.
Es probablemente la opción más costosa, pero es de propulsión y tiene un motor muy para iniciarse en el drifting.
Es posible encontrar en España varios circuitos en los que se pueden encontrar cursos de drift. Las pistas deben estar diseñadas para esta disciplina. Puedes encontrar el circuito de Kotarr, en Aranda de Duero, o el de Arenas de San Juan, en Ciudad Real. Puedes acudir a ellos por tu cuenta para practicar esta disciplina. En algunos sitios te permiten guardar el vehículo a precios asequibles. También puedes probar los vehículos que ponen a tu disposición en el circuito. Así podrás tener claro que el drift es lo tuyo, antes de lanzarte a comprar un vehículo y equiparlo.
Los expertos de Arpem recomiendan…
La práctica del drifting está creciendo rápidamente. Las maniobras para recorrer los circuitos fascinan a los seguidores. Y películas como “The Fast and the Furious” lo han puesto de moda entre los más jóvenes. Todos los coches son buenos para hacer drifting, aunque son mejores los que tienen tracción trasera o a las cuatro ruedas.
También es importante que los cambios de marchas sean manuales, para tener un total control sobre el vehículo y el embrague. Los coches profesionales cuentan habitualmente con un diferencial específico que distribuye de forma equilibrada la potencia entre los ejes delantero y trasero. Tampoco tienen ayudas como el ABS (sistema antibloqueo de frenos) o el TCS (control de tracción). De esta forma pueden mantener el control total sobre el vehículo.
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El drift es una disciplina de competición automovilística, que consiste en enlazar una curva tras otra, de manera que el coche nunca se mantenga recto. El secreto es derrapar de forma constante, sin perder el control del coche.
Vale cualquier coche de segunda mano, que puedes encontrar desde 1.000 a 5.000 euros. Lo idóneo es que tenga propulsión trasera y un diferencial autoblocante, que habitualmente hay que instalar aparte, porque no suelen venir de serie. Además, es importante instalar un asiento del conductor tipo “backet”, para ir bien sentado y no sufrir zarandeos.
Sí, en España existen varias pistas, por ejemplo el circuito de Kotarr, en Aranda de Duero, o el de Arenas de San Juan, en Ciudad Real.En estos circuitos puedes practicar con tu propio coche o utilizar uno de los que ponen a disposición de los visitantes en el circuito.
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