¿Sabías que… el primer seguro de un vehículo fue para un carro de caballos?

El primer vehículo propulsado por un motor de gasolina, tal y como lo conocemos hoy día, fue desarrollado en el año 1885 por el ingeniero alemán Karl Benz. Pero hacía mucho tiempo ya, desde el siglo XVI, que la gente se desplazaba de un lugar a otro en carruajes, en este caso arrastrados por caballos.

Estos vehículos no estaban libres de percances que pudieran causar daño a otras personas o a sus bienes, por lo que resultaba necesario cubrir la responsabilidad que tenía el propietario ante cualquier eventualidad.

Fue así como, en el año 1821, el Prefecto de París tuvo la genial idea de instaurar un fondo común con aportaciones de los cocheros, con el que posteriormente podían hacer frente a los daños a terceros y a las multas que les fueran impuestas. Este hecho sirvió para que cuatro años más tarde, en 1825, se creara la sociedad francesa “La Automedon”, que cubriría la responsabilidad civil de los cocheros.

Tras la invención del vehículo a motor de gasolina por Karl Benz, las pólizas de los carruajes sirvieron de base para la redacción de las nuevas pólizas de seguros a finales del siglo XIX. Existen distintas versiones sobre el año y el lugar donde se firmó este primer contrato, ya que fue un hecho que pudo ocurrir simultáneamente en diferentes lugares o con un escaso espacio temporal.

Las leyes de cada país comenzaron a regular los contratos de seguros en los años posteriores. En España fue en el año 1908 cuando se redactó la primera normativa de seguros privados, aunque no entró en vigor hasta el año 1912.

La redacción de las primeras pólizas de seguros ha ido evolucionando continuamente con nuevas opciones y coberturas que cubrían las necesidades que iban teniendo los conductores con el desarrollo de la sociedad, hasta llegar a los contratos de seguros tan complejos que hoy conocemos y que ahora tratamos de explicarte en Arpem.com.

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