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Consigue ahora el 40% de reembolsoSentarse de manera adecuada al volante y comprobar que el asiento y los distintos elementos de conducción estén bien situados es esencial para controlar el coche y conducir de forma segura. Si no estás bien sentado, puede que no manejes adecuadamente los mandos y tus gestos no se transmitan adecuadamente a la hora de conducir. Repasamos cómo colocarse correctamente en el puesto del conductor y mejorar tu conducción.
El asiento del conductor debe regularse de manera correcta. Tu coche puede ser seguro y cómodo, pero no conducirás adecuadamente si tu asiento está mal regulado. Esto repercute también en la seguridad: debes llegar con facilidad a todos los mandos y reaccionar con tiempo ante cualquier circunstancia imprevista. Sin embargo, no siempre es sencillo regular adecuadamente el asiento y conseguir la mejor postura adecuada para la conducción.
Esto depende, en parte, de las palancas de las que dispone el coche. Pero hay unos cambios mínimos que permiten todos los vehículos: la distancia del asiento respecto al volante, su altura, la inclinación del respaldo, del reposacabezas y del volante.
Para conseguir la distancia óptima entre el asiento y el volante, debes sentarte bien colocado contra el respaldo, con toda la espalda apoyada, y permitiendo que tu pie izquierdo llegue sin dificultad al embrague y pueda pisarlo a fondo. Tu rodilla debe quedar flexionada, no estirada. Este detalle es esencial, para que puedas tener la sensibilidad y la fuerza necesarias a la hora de manejar el pedal del embrague y del freno.
Tras ajustar la distancia del asiento, llega el turno de la altura. Los coches contemporáneos tienen un regulador de altura en el asiento del conductor, a diferencia de los coches más antiguos. Debes evitar que tus muslos queden demasiado cerca del volante, de forma que cueste moverse con libertad a la hora de manejar los pedales.
Es recomendable colocar el asiento lo más bajo posible, porque, de esta manera, repercuten menos en el conductor los movimientos del coche y su estabilidad es mayor. Sin embargo, hay otro elemento esencial además del manejo de los pedales: la visibilidad. Hay que tenerla en cuenta a la hora de regular la altura del asiento, para que tengas en tu campo de visión tanto los mandos como todo el parabrisas.
La inclinación del respaldo también es muy importante. No es bueno ir demasiado apoyado, pero tampoco en una postura vertical. Es importante, además, ir con los brazos extendidos, de forma que la muñeca quede apoyada en la parte superior del volante.
La muñeca debe apoyarse sobre la parte superior del volante. Con los brazos ligeramente flexionados, podrás conducir con total control de los mandos y del volante y podrás moverte con comodidad y precisión. Por último, es importante no despegar los hombros del asiento, no debes agarrarte al volante.
Junto con el asiento, el ajuste del volante es otro de los elementos esenciales a la hora de acomodarse correctamente en el vehículo. Todos los coches permiten ajustar en altura el volante, aunque no todos lo hacen en profundidad, algo que resulta muy útil para ajustar la inclinación del respaldo a la postura de los brazos.
A la hora de conducir, lo recomendable es colocar las manos siempre sobre el volante en una posición de “diez y diez”, como si el volante fuera la esfera de un reloj. Es importante no sujetar el volante por su parte baja y cruzar los brazos, porque esto te restará control.
Para poder adoptar una postura al volante totalmente segura es importante regular el reposacabezas, que, en caso de accidente, podrá reducir las posibles lesiones en cuello y cabeza. La manera adecuada de colocarlo es haciendo coincidir la parte superior con la altura de los ojos, esto es, con la zona superior de la cabeza. Un reposacabezas nos evitará un “latigazo cervical”. La cabeza debe rozar el reposacabezas, a unos cuatro centímetros de distancia.
Una vez colocado correctamente en tu asiento, todavía quedan dos elementos importantes que regular para una conducción segura. Por un lado, está el cinturón de seguridad y, por otro, hay que colocar correctamente los espejos retrovisores, tanto el interior como los exteriores. Cuando te pongas el cinturón debes comprobar que la parte superior de la cinta atraviesa tu cuerpo entre el cuello y el hombro y que se sitúa en el centro del pecho. La parte inferior debe apoyarse sobre las caderas, por debajo del vientre, nunca sobre él. Y debe ir bien ceñido al cuerpo.
Para ajustar correctamente los espejos retrovisores, tanto los exteriores como el interior, debes centrar el interior de manera que consigas la mayor visibilidad posible de la ventanilla trasera, sin tener que mover la cabeza. En cuanto a los retrovisores exteriores, deben evitar los ángulos muertos y añadir visibilidad a lo que ocurre en la parte trasera del coche. Hay que dirigirlos hacia la carrocería e ir moviéndose hacia fuera, poco a poco. Están correctamente regulados si un coche te adelanta y lo localizas primero por el retrovisor interior y ,al desaparecer de éste, lo ves aparecer en el retrovisor exterior.
No debes sujetar el volante con fuerza, porque esto te provocará un agarrotamiento muscular y una gran fatiga. Además, es recomendable escoger un vehículo que tenga un ajuste del volante en profundidad, además de en altura, y que tenga un sistema de milímetros y no por puntos, porque así será más fácil dar con la posición adecuada. Recuerda que, si te sientas demasiado lejos del volante, no podrás hacer maniobras de forma rápida o hacer frente a una situación imprevista. Por último, a la hora de regular los espejos hay que hacerlo sobre un terreno recto, para no equivocarse.
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Cuando sufras un accidente, debes cambiar el cinturón, ya que puede perder sus propiedades para retener o tener roturas en los anclajes. El cinturón es, sin duda, una pieza elemental en la seguridad del coche: reduce de tres a uno la probabilidad de muerte. Es especialmente eficaz en los vuelcos, en los que reduce en más de un 70% el riesgo de muerte. En un choque a 80 km/h contra un objeto rígido, sin cinturón, los pasajeros podrían ser lanzados con una fuerza de 80 veces su peso. Por su parte, los ocupantes de los asientos traseros, pueden ser lanzados contra los de delante con una fuerza que equivale al golpe de una bola de 1.200 kg a una velocidad de 10 km/h.
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Tu asiento estará bien regulado cuando puedas llegar cómodamente a todos los mandos y pedales. Tu espalda debe estar bien apoyada y tu pierna izquierda debe llegar cómodamente al embrague y pueda pisarlo a fondo. La rodilla debe estar flexionada, no estirada. Una buena colocación te permitirá conducir con mayor seguridad y reaccionar con rapidez ante cualquier imprevisto.
La espalda debe ir bien apoyada, aunque no en una postura vertical. Los brazos deben ir extendidos de manera que las muñecas lleguen a la parte superior del volante. Los hombros no deben separarse del respaldo.
La parte superior de la cinta debe atravesar el cuerpo, entre el cuello y el hombro y situarse en el pecho. La parte inferior debe estar apoyada en las caderas y por debajo del abdomen.
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