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Son los resultados de un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): según sus cálculos, el seguro a todo riesgo es un 15% más caro en el caso de un coche híbrido no enchufable y un 17% cuando se trata de un coche eléctrico. El elevado precio de las baterías de los eléctricos puede ser la causa, aunque los híbridos tienen baterías pequeñas. Revisamos las otras razones.
En un estudio de 23 pólizas a todo riesgo, con y sin franquicia, que llevó a cabo la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se pone de manifiesto que el seguro de un coche híbrido no enchufable es un 15% más caro que el de un coche con motor de gasolina de características similares. En el caso de un coche eléctrico de prestaciones parecidas (aunque evidentemente un poco más caro), el sobreprecio es de un 17% de media. Entre las aseguradoras examinadas, sólo cinco tienen precios similares y, en algún caso, inferiores.
La reparación de las baterías de un automóvil eléctrico con una gran autonomía podría ser de unos 30.000 euros. Es frecuente que haya que sustituirlas por otras nuevas. Este encarecimiento del precio, sin embargo, no se justifica en el caso de un híbrido no enchufable, porque su batería es más pequeña, y su precio de recambio alcanza únicamente los 1.000 euros. Cuando se produce un accidente con un coche eléctrico, la compañía de seguros puede que prefiera declarar un siniestro que no incluya sustituir las baterías. La OCU plantea que se debe informar siempre del valor máximo de indemnización en las pólizas a todo riesgo, de manera que el asegurado tenga elementos para valorar el coste de la póliza.
En el análisis de 23 pólizas de seguro a todo riesgo, se observa una diferencia de precio que oscila entre 400 y 1.700 euros entre un vehículo de gasolina y uno eléctrico, variando según la compañía aseguradora. Los precios evaluados corresponden a un conductor sin incidentes previos y que posee un permiso de conducción con más de 10 años de antigüedad. La Organización de Consumidores y Usuarios señala que, con el tiempo, es habitual optar por un seguro a terceros, que resulta más económico, y que incluye coberturas de rotura de lunas, incendio y robo. Esta modalidad de póliza también ofrece asistencia en carretera, protección jurídica que incluye defensa penal y reclamación de daños, además de una cobertura de responsabilidad civil extendida.
En 2035, ya no se venderán coches nuevos de combustión. Serán relevados por los coches eléctricos. Estos ya están copando, poco a poco, el mercado. Los coches eléctricos disponen de una tecnología totalmente diferente a los de combustión y la pieza clave de su funcionamiento son las baterías. Sin embargo, las baterías no duran para siempre. Su vida útil será más o menos larga en función de la manera de conducir, el tipo de terreno en el que conduzcas o el tipo de recarga.
También puede influir la temperatura ambiente. En función del tipo de batería, el conductor podrá recorrer más o menos kilómetros y el tiempo entre recarga y recarga será más o menos largo y habrá que cambiarla antes o después. Uno de los problemas actuales es su excesivo peso, lo que influye en la energía que consume el motor. El número de veces que se puede recargar una batería es limitado: suelen disponer de 3.000 ciclos de recarga. Poco a poco se está mejorando su autonomía que, en la actualidad, puede alcanzar hasta los 400 kilómetros. Y en los coches de gama más alta puede ser de hasta 900 kilómetros.
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El elevado precio de los seguros de los coches eléctricos respecto de los de combustión supone un contraste, sin embargo, con el gasto anual que necesita el mantenimiento de estos coches. Están constituidos por menos piezas mecánicas que necesitan una revisión y, por tanto, el gasto de mantenimiento es más bajo. Por el contrario, los precios de las pólizas son más elevados, por el mayor coste de la reparación o sustitución de las baterías en caso de accidente. Sin embargo, este precio debería ser asumido por la compañía, en función de la cobertura que el usuario haya contratado.
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Todos los propietarios de un vehículo deben tener contratado al menos un seguro de responsabilidad civil, o seguro a terceros. Este es el seguro más básico: cubre los daños materiales y personales que el vehículo causa a un tercero, aunque no los propios. Otras pólizas pueden incluir más protección, por ejemplo, con la cobertura de daños propios, robo o incendio. También son más caras. La Organización de Consumidores y Usuarios recuerda que la opción más conveniente para un coche recién adquirido es la de todo riesgo.
Según un reciente estudio, existe un sobreprecio de entre un 15% y un 17% entre los dos tipos de seguros. Las pólizas de los eléctricos suelen ser un 17% más caras y las de los híbridos enchufables, un 15%.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), una de las razones puede estar en que las baterías de los coches eléctricos son bastante caras –pueden llegar a los 30.000 euros–. Sin embargo, esto no ocurre con las baterías de los híbridos enchufables.
La venta de los coches de combustión cesará en 2035. Los coches eléctricos irán copando, poco a poco, el mercado. La clave esencial de este tipo de vehículos son las baterías que, sin embargo, no duran para siempre. Suelen disponer de unos 3.000 ciclos de recarga.
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