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en reseñas de GoogleCada vez que se acerca la fecha de una inspección de tu coche, seguramente no puedas evitar sentir cierta ansiedad por el resultado. Como le pasa a muchos conductores, es normal sentir cierto grado de nervios por saber si tu coche pasará o no la ITV. Para reducir estos nervios, hoy verás algunos de los fallos más comunes en los que se fijan los técnicos para dar su veredicto. Así, podrás revisarlos y repararlos con anterioridad para obtener una ITV favorable.
Tener un coche le da a tu vida una comodidad increíble. Puedes ir a dónde quieras con una libertad superior y un confort incomparable. Pero, toda esta libertad y comodidad tiene añadida una responsabilidad implícita que no puedes evadir. Debes cumplir con una serie de normas de tráfico y una serie de leyes de seguridad vial. Una de las responsabilidades establecidas en el Reglamento General de Vehículos es mantener tu coche dentro de unas condiciones de funcionamiento específicas.
Estas condiciones mínimas le garantizan a la dirección de tráfico que los coches que circulan en las vías funcionan de manera correcta. A lo largo de los años, estas revisiones técnicas han sido clave en la reducción de accidentes y aumentar la seguridad vial. La DGT ha determinado que un vehículo en buenas condiciones tiene menores probabilidades de producir accidentes en la vía.
Además, y como puedes leer en nuestro artículo: “¿Sabes cuándo caduca la ITV de tu coche? Descubre las claves para saberlo”, estas inspecciones son periódicas. La razón es simple, con el paso del tiempo y uso, muchas partes del vehículo sufren desgaste. Las inspecciones periódicas garantizan que se mantiene el correcto funcionamiento del vehículo.
En cada inspección, los técnicos certificados por la DGT revisan y analizan tu coche de acuerdo a diferentes parámetros. Si todo va bien, obtienes un certificado que te permite seguir circulando. Sin embargo, si incumples cualquiera de los siguientes parámetros no podrás pasar la inspección. Mira cuáles son los más importantes:
Algo que debes tener muy claro es que, estos fallos son fundamentales pero no son los únicos. Es decir, los técnicos pueden determinar que tu vehículo no cumple con las condiciones mínimas sólo por el fallo de una pieza. Y, aunque hay fallos que quedan al criterio del inspector, estos 5 fallos serán imperdonables en una ITV. Fíjate cuáles son:
Un coche con un sistema de frenos defectuoso no podrá detenerse a tiempo para evitar una colisión. Los frenos deben tener unas condiciones mínimas en todas sus partes, principalmente en pastillas, discos, bombas y sensores de frenada.
La suspensión y dirección también son objeto de reprobación si no funcionan a la perfección. Los técnicos revisan la calidad de sus partes y la respuesta volante-ruedas en términos de tiempo y precisión.
Los neumáticos deben tener un espesor mínimo de la banda de rodadura, unas condiciones de su superficie, flancos y puntos de unión a la llanta. Asimismo, deben tener unos parámetros de tipos y medidas adecuados para cada tipo de vehículo.
Por sistemas de seguridad externos, la ITV entiende que parachoques delantero y trasero, salpicaderos, lunas y carrocería, estén en condiciones adecuadas. Igualmente, las añadiduras o sustracciones a estos sistemas son duramente castigados por las inspecciones.
Por otro lado, los sistemas internos como cinturones de seguridad, airbags, sistemas de alarma y asistentes de conducción, son verificados. Si existe algún fallo importante, la ITV no aprobará la circulación del coche.
La ITV cumple con los parámetros europeos de control de emisiones de gases contaminantes de vehículos. Los gases de escape se miden de acuerdo a unos patrones específicos.
Un vehículo que emite CO2, NOx y otros gases contaminantes por encima del parámetro mínimo, no podrá circular. En ello, los inspectores revisan estas emisiones con el motor encendido y en marcha. Esto les permite determinar el potencial contaminante de cada vehículo. Del mismo modo, la DGT otorga un distintivo ambiental obligatorio que clasifica cada vehículo de acuerdo a su potencial contaminante. En nuestro artículo: “Guía sobre las Etiquetas de la DGT” puedes conocer cuáles son y cómo obtenerlas.
En este contexto, las emisiones de gases no son los únicos parámetros de contaminación de un vehículo. Las pérdidas de fluidos, desperdicios y otros elementos contaminantes serán analizados individualmente. Aún en coches 0 emisiones, la ITV puede ser negativa por contaminación.
Un motor que pierde lubricante, cuyo sistema de refrigeración no funciona o que emite gases por un mal funcionamiento, obtendrá una ITV negativa. Esto también se determina en la capacidad de funcionamiento y consumo de carburante. Por lo que, un motor defectuoso puede ser el causante de un suspenso de la inspección.
Los sistemas de transmisión de la fuerza del motor hacia las ruedas y el adecuado funcionamiento de la caja de cambios, se analiza también. Por ende, una caja de cambios o sistemas de transmisión con fallos no obtendrá una ITV positiva.
La placa de matrícula determina la identidad única e inconfundible del vehículo. Estas placas se otorgan por tipo de vehículo y año de matriculación. Asimismo, las placas deben cumplir una serie de parámetros adecuados y que se establecen de forma general para todos los tipos de vehículos. Una placa con elementos que impidan su lectura de día o de noche, de materiales o ubicaciones distintas serán objeto de rechazo. Del mismo modo, una placa golpeada o deteriorada será también rechazada.
Los códigos VIN son una combinación de caracteres alfanuméricos únicos y de validez internacional que identifican un vehículo. Cualquier alteración o deterioro de los números de bastidor o motor serán penalizados y obtendrán una ITV negativa.
Como has visto anteriormente, a pesar de que estos son los parámetros más destacados, no son los únicos que se revisan en la ITV. Todo en el vehículo debe funcionar de acuerdo a los parámetros mínimos. Ahora bien, ¿qué puede pasar si tienes alguno de estos fallos en la ITV? Fíjate los tres posibles que puedes obtener.
Cada vez que vas a una estación de la ITV, puedes obtener dos tipos de resultados. El sistema de inspección de la ITV es bastante simple en términos de resultados, pues no se rige por un factor cuantitativo sino cualitativo. Es decir, no hay una puntuación que te dé un mayor o menor grado de aprobación. En pocas palabras, la ITV se aprueba o se reprueba en un criterio cerrado.
Lo que sucede, y he aquí la mayor confusión en algunos conductores, es que la inspección negativa tiene dos estados de gravedad con diferentes acciones. Fíjate cómo se califica la aptitud de un vehículo según la ITV:
Si tu vehículo cuenta con todos los sistemas necesarios para su óptimo funcionamiento en buenas condiciones, aprobarás la ITV. Los técnicos te darán un certificado que se incluirá en la Ficha del Vehículo y en Informe de Vehículo. Dos documentos fundamentales para vender, alquilar o traspasar el coche.
Adicionalmente, te darán una pegatina que deberá ser colocada en el parabrisas y que indicará que el coche es apto para la circulación. Ahora bien, ¿qué pasa si no apruebas la ITV? Aquí se generan un resultado pero con dos permisos diferentes, mira cuáles son:
Al llevar al coche a una estación de la ITV en cualquier rincón de España, puedes suspender la inspección. Es decir, los peritos encuentran fallos en sistemas del coche que no permiten una conducción segura. Sin embargo, estos fallos no implican un peligro para tu seguridad y la de los demás ocupantes de las vías. Por lo que, deberás corregir los fallos y volver a hacer una inspección.
La diferencia radica en que la ITV te dará un permiso provisional para que puedas circular desde la estación de la ITV hasta el taller de reparaciones. También, podrás circular hasta tu domicilio pero, no podrás ir de tu domicilio al taller conduciendo y lo deberás hacer en una grúa.
Si tu coche tiene fallos en los sistemas que hemos mencionado anteriormente o tiene una sumatoria de fallos graves, la ITV será negativa. Esto quiere decir que los técnicos han concluido que la circulación de tu coche representa un peligro para la seguridad vial.
Acto seguido, ordenarán su inmovilización y sólo podrás retirarlo de la estación en una grúa autorizada. De allí podrás ir a tu domicilio o al taller de tu preferencia. Pero, no podrás circular hasta la nueva revisión para la que te deberás dirigir en una grúa.
¿Una ITV negativa o desfavorable quiere decir que no podrás nunca más conducir tu coche? ¡Absolutamente no! La DGT te da un plazo de 60 días desde la inspección para que repares los fallos y vuelvas a hacer la ITV. Pasado ese tiempo, si no has corregido los fallos y aprobado la ITV, la DGT podría dar de baja tu vehículo.
Esto tiene consecuencias negativas obvias. No podrás circular con tu coche so pena de multas que pueden llegar hasta los 3000€. Además, puede afectar el saldo de puntos de tu carné. Pero, una consecuencia muy negativa tiene que ver con el seguro obligatorio, mira por qué:
Obtener una ITV negativa es una mala noticia se mire por dónde se mire. Es decir, tendrás que aparcar el coche y no podrás circular ni siquiera a la esquina a comprar el pan. Deberás pedir un presupuesto en un taller y tener una provisión de dinero indispensable para reparaciones y sustituciones de piezas. A veces, estas reparaciones pueden ser muy elevadas y salirse, por mucho, de tu capacidad financiera.
Pero, una de las peores consecuencias de una ITV no aprobada es que no podrás renovar el seguro obligatorio de tu coche. De hecho, no podrás renovar ningún tipo de seguro de tu vehículo aunque tengas el top de las pólizas premium.
Las leyes españolas exigen a las aseguradoras a pedir la última ITV como un requisito legal indispensable e insustituible. Además de estar fuera de la ley, los seguros tienden a rechazar aquellos elementos que le supongan un aumento repentino de los riesgos de siniestros. Recuerda que el negocio del seguro se basa en las estadísticas y probabilidades. Por lo que, mayor riesgo, mayor probabilidad de pagar un siniestro. Y… ¡Esto no le gusta para nada a las aseguradoras!
Consecuentemente, el seguro no te permitirá renovar tu póliza, tanto la de responsabilidad civil como a todo riesgo, hasta que no resuelvas los fallos. Deberás presentar una ITV favorable para poder renovar la póliza y obtener cobertura de forma integral.
Probablemente pienses, ¿qué importa no tener cobertura si el coche no circula y no tiene riesgos? Aquí yace uno de los errores más comunes entre los conductores. Un vehículo debe estar asegurado mientras esté dado de alta en la DGT, circule o no. Además, recuerda que aún en el mayor resguardo de tu garaje, el coche puede correr muchos riesgos.
Por ello, es fundamental revisar tu vehículo antes de la ITV. Estas revisiones te permitirán corregir las incidencias con tiempo y evitar todas las consecuencias negativas. En nuestra comparador de seguros de coche puedes comprobar cuáles son las condiciones de todas las pólizas de vehículos en España. Además, podrás ver cuáles son las condiciones, precios y limitaciones de las principales aseguradoras de la actualidad.
En la península y los territorios insulares españoles hay más de 400 estaciones de la ITV autorizadas por la DGT. Hacer la ITV tiene un coste en tasas que varían dependiendo de la ubicación y tipo de vehículo. Los precios van desde los 22 euros hasta por encima de los 80 para vehículos especiales y de gran tamaño.
Sí. Además de la comprobación visual de la pegatina, los agentes de policía tienen acceso in situ a los archivos de la DGT y pueden comprobar el estado de la ITV de todos los vehículos.
No hay multas per se, pero sí hay multas por circular con una ITV caducada o negativa. Las multas van desde 600 hasta más de 3000€. Además, no podrás renovar el seguro, entre otras consecuencias negativas.
No solamente no podrás circular. No tener un seguro de responsabilidad civil obligatorio puede generar multas, la inmovilización del vehículo e incluso la baja de la DGT.
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