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Consigue ahora el 40% de reembolsoLos cristales de un coche son un elemento esencial a la hora de suscribir un seguro. Es la cobertura más frecuente en las pólizas, porque son la parte del automóvil que más problemas y reparaciones pueden ocasionar, además de ser esenciales para la seguridad. A continuación te contamos qué cubre una garantía de rotura de lunas.
Es esencial no descuidar la cobertura de lunas en el seguro de un automóvil. Las compañías suelen atender más de un millón y medio de incidencias al año relacionadas con los parabrisas y demás cristales del coche.
Es, por tanto, una de las coberturas voluntarias más contratadas y que atiende más siniestros cada año, aunque, en principio, se concibe como una garantía complementaria. Esto hace que cada vez más aseguradoras la ofrezcan como parte de sus pólizas básicas. El 90% de las pólizas incluyen esta cobertura y es que el precio no suele ser elevado en comparación con la cobertura que ofrece.
La cobertura de lunas está incluida en la mayoría de los seguros de coche, salvo en los seguros a terceros más básicos. Esta garantía cubre la reparación, sustitución o colocación de los cristales del vehículo, esto es, las lunas delanteras o parabrisas, las lunas laterales o ventanillas y las lunas traseras o lunetas.
La compañía, entonces, se encarga de la reparación o de la indemnización, tras valorar cuánto cuesta el arreglo, la reposición o la instalación. En muchos casos, el arreglo se puede hacer sin desmontar el parabrisas o sin sustituirlo. Habitualmente, el asegurado puede escoger el taller que mejor le convenga, aunque la compañía te recomiende el taller asociado en el que confía.
La rotura de una luna es uno de los incidentes más frecuentes cuando se conduce un coche, especialmente en carreteras en mal estado. Suele suceder que un vehículo pise piedras pequeñas que son proyectadas a gran velocidad e impactan en el parabrisas. Este impacto causa una brecha o perforación en el parabrisas o incluso puede hacerlo añicos. Esta situación es grave porque impide una correcta visibilidad.
La cobertura de lunas está para estas situaciones. Si quieres dar parte, debes avisar a tu aseguradora y transmitirle los datos de tu seguro y de tu coche. La compañía hará frente a la reparación o a la sustitución de la luna dañada. En algunos casos, tú puedes pagar la reparación y luego la compañía te la abona cuando presentas la factura.
La rotura de lunas está considerada un percance y, por ello, no afecta, en la mayoría de los casos, al historial de siniestralidad del asegurado. Esto quiere decir que no afectará a la prima del seguro en el momento de renovar la póliza. En cualquier caso, esto es algo que depende del tipo de política que siga la aseguradora. Por eso es importante escoger bien el seguro de lunas y comprobar, además, qué exclusiones fija la aseguradora. No siempre están cubiertos todos los incidentes o todas las lunas.
En los vehículos puede haber varios cristales y espejos no incluidos en la cobertura de lunas. Esto sucede en el caso de los espejos retrovisores, interiores y exteriores, los faros del coche o los intermitentes.
Sin embargo, aunque esto ocurre más o menos de manera generalizada, es importante cerciorarse de cuáles son las limitaciones que tiene tu compañía revisando las condiciones de tu póliza, puesto que es la mejor manera de asegurarte de qué está cubierto y qué no.
Uno de los elementos que suele plantear más dudas a la hora de considerar si entra o no en la cobertura de lunas es el techo solar. Reparar un techo solar puede costar bastante caro, por eso es importante que lo plantees a la aseguradora antes de decidirte. Algunas compañías lo incluyen en la cobertura de lunas, siempre y cuando el techo solar sea un equipamiento de serie del vehículo, es decir, que venga de fábrica.
Por el contrario, si el techo solar no venía de serie en la versión del coche o lo has instalado después de su compra, puedes asegurarlo posteriormente, añadiéndolo a la póliza como un complemento más del equipamiento. Esto puede encarecer el seguro, pero estarás cubierto ante un posible siniestro. Debes tener en cuenta también que algunas compañías no te permiten esta posibilidad.
Los arañazos producidos en la superficie de los cristales del coche, siempre que no sean el inicio de una rotura y no impidan la visibilidad, se consideran consecuencia del uso del coche, y la cobertura de lunas no los incluye. Puede que los pequeños impactos en el parabrisas, siempre que no supongan un riesgo, tampoco estén cubiertos.
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Incluso algunas compañías rechazan cubrir impactos más importantes en el parabrisas o en otros cristales, que sean producto del golpe de una pequeña piedra si consideran que no encierra un problema para la seguridad o la visibilidad.
Puede haber roturas de lunas que no estén cubiertas por esta garantía, sino por otras del seguro. Si, por ejemplo, los daños de una luna son el resultado de un robo, intento de robo o de un incendio, serán las coberturas de robo o incendio las que se apliquen, en caso de tenerlas contratadas. Igualmente, si la rotura de la luna se produce por un golpe causado por el vehículo asegurado, será la cobertura de daños propios la que se active, para hacer frente a los gastos de reparación o sustitución.
Los expertos de Arpem recomiendan…
Las compañías pueden ofrecerte llevar tu coche al taller que desees o recomendarte uno propio. Pero existe una tercera opción: algunas compañías proporcionan a sus asegurados la posibilidad de un servicio a domicilio para reparar un impacto. Así no debes desplazarte a un taller y podrás tener tu coche arreglado con rapidez.
Es una garantía, incluida en la mayoría de las pólizas (salvo en las pólizas básicas de terceros), que cubre la reparación, sustitución e instalación de las lunas delanteras, laterales y traseras del coche, cuando se produce una rotura resultado de un impacto.
No, estos elementos quedan fuera de la cobertura de lunas en la mayoría de las pólizas. Tampoco cubre los daños considerados estéticos, como rayaduras en la superficie de la luna.
No, en la mayoría de los casos no suele influir en la siniestralidad del asegurado, ni en las bonificaciones que se aplican cuando se renueva anualmente la póliza.
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