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Consigue ahora el 40% de reembolsoEl desarrollo de los coches actuales ha hecho que la conducción sea cada vez más suave sin importar el terreno por el que circules. En gran parte, esto se debe a los avances en el sistema de suspensión, uno de los mayores avances en la ingeniería automotriz. Pero, ¿sabes exactamente qué es la suspensión, cuáles son sus funciones y tipos? Aquí descubrirás todo sobre uno de los elementos más importantes de tu coche y la importancia de su mantenimiento.
No importa mucho si conduces por las calles mejor pavimentadas de tu ciudad o si por el contrario te lanzas a la aventura off-road. Tampoco importa mucho si conduces un pequeño coche o un monstruoso 4×4. El sistema de suspensión es el responsable de que no vayas dando tumbos y saltos sobre tu asiento. Además, es el principal responsable de que conducir sea una actividad suave, cómoda y muy práctica.
En términos simples, el sistema de suspensión de un vehículo es el encargado de amortiguar las irregularidades del terreno. Es también responsable de mantener una estabilidad hacia el interior compensando los baches, subidas y bajadas del terreno.
Asimismo, es el principal elemento de suavidad al conducir y el que hace posible viajar sin sobresaltos de forma cada vez más segura. El sistema de suspensión conecta al chasis de tu coche con las ruedas y su principal función es absorber los impactos producidos por los desniveles del suelo. Por ende, funciona como un amortiguador de los saltos, caídas y desviaciones del nivel del terreno. Fíjate cuáles son sus principios mecánicos fundamentales.
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Sin la suspensión de tu coche, ir de un lugar a otro sería una travesía muy incómoda y al mismo tiempo, te haría perder la estabilidad en la conducción. Además, la conducción por terrenos irregulares sería algo parecido a una montaña rusa súper agotadora.
Por esta razón, la conducción moderna es una actividad cada vez más suave, silenciosa y confortable. Los ingenieros mecánicos se han empeñado en diseñar sistemas de suspensión cada vez más eficaces en absorber las irregularidades de la vía y disipar el movimiento para que sea imperceptible.
Siguiendo una ingeniería muy bien calculada, el sistema de suspensión une las ruedas del coche con el resto de la estructura. Esta unión entre chasis y ruedas se produce por una serie de amortiguadores, rótulas y muelles que absorben los impactos pasivos de la conducción. Adicionalmente, este sistema disminuye las vibraciones de la velocidad y la rodada de forma que no sientan en el volante o el habitáculo.
Por otro lado, el sistema de suspensión se encarga de unir los lados del coche de forma de estabilizar la movilidad. Con una serie de barras de estabilización, la suspensión permite mantener el nivel del coche ante inclinaciones de la vía. Es uno de los principales responsables de que tu coche no vuelque ante cualquier inclinación lateral y he allí una de sus principales ventajas.
Como ya puedes intuir, no todos los coches tienen las mismas necesidades de suspensión. Un coche diseñado para la conducción en pavimento tendrá un sistema de suspensión diferente a un coche todoterreno. Estos últimos necesitan sistemas de suspensión especiales que puedan compensar las irregularidades del terreno de manera más agresiva y efectiva. Por ello, es muy importante comprender los diferentes tipos de suspensión, fíjate cuáles son.
Para los amantes de la conducción 4×4, la suspensión es uno de los primeros elementos que observan antes de comprar un coche. En este tipo de coches, el sistema de suspensión no sólo les otorga una mayor comodidad, sino que les da una mayor versatilidad en cualquier terreno.
Contrariamente, si eres un conductor urbano, la suspensión no es uno de los elementos que te harán cambiar de decisión entre un coche u otro. ¿Por qué sucede esto? En términos generales, la suspensión es mucho más necesaria a medida que la conducción se hace más agreste e irregular.
Sin embargo, aunque no lo notes, la suspensión es lo que hace que conducir sea cada vez menos agotador y forzado. Los coches modernos cuentan con sistemas inteligentes que pueden compensar los desniveles de forma más eficaz. Por ende, puedes tener una mejor experiencia al conducir sobre cualquier terreno.
Pero, para que esto sea posible, es fundamental diseñar un tipo de suspensión diferente para cada tipo de vehículo. Los coches más altos como los 4×4 tendrán suspensiones distintas a los más bajos y de movilidad más regular. Además, el tipo de actividad principal del coche, el peso y el sistema de tracción hacen la diferencia. Aunque existen diferentes tipos de suspensión, hoy verás los dos tipos más emblemáticos en diferentes tipos de vehículos:
La suspensión rígida es la forma más antigua de suspensión que existe entre los vehículos. En la actualidad, este tipo de suspensión se usa en vehículos agrícolas, maquinarias pesadas y algunos tipos de camiones. No obstante, algunos coches 4×4 mantienen este sistema como su principal medio de amortiguación.
En este sistema, las ruedas se encuentran unidas mediante un sistema no articulado que sincroniza el movimiento de las ruedas en un eje rígido. O sea, cuando una rueda se mueve hacia arriba o abajo, la otra lo hace al unísono.
Los expertos no son muy fanáticos de este tipo de suspensión pues añade elementos de inseguridad a la conducción por terrenos irregulares. Cuando las ruedas se mueven en conjunto, las vibraciones al interior aumentan, produciendo una conducción más incómoda y menos segura. Asimismo, la rigidez del eje produce una menor adaptación a la sinuosidad e inclinación del terreno. Por consiguiente, la probabilidad de volcamientos se incrementa de forma sustancial.
¿Por qué si es menos segura aún se mantiene? Simplemente, por temas de resistencia y economía. En vehículos que suelen circular por terrenos muy irregulares, la suspensión rígida sacrifica confort y seguridad por eficiencia y menos necesidad de cambios de partes.
Podríamos decir que 3 de cada 4 coches actuales tienen este tipo de suspensión. En ella, cada rueda cuenta con un subsistema independiente del resto y que actúa de forma autónoma añadiendo mayor estabilidad.
En cada rueda se agrega un sistema de articulaciones, amortiguadores, barras y muelles que absorben los impactos de forma autóloga. Así, la rueda no está atada al resto del vehículo y el coche tiene mejor capacidad de respuesta. Esto es especialmente útil en terrenos con depresiones, baches e inclinaciones que pudieran representar un riesgo para la estabilidad a determinadas velocidades.
Dentro de las suspensiones independientes existen diferentes diseños y, de hecho, cada marca añade su impronta y tecnología. Aún así, existen dos modelos de suspensión muy comunes entre los coches de la actualidad. La suspensión McPherson y la Multilink o múltiple.
La suspensión McPherson se compone de un brazo oscilante que se une por un extremo al bastidor usando cojinetes elásticos. En el otro extremo de la rueda se une a la mangueta a través de una rótula. A su vez, esta mangueta se combina de forma vertical con un muelle o amortiguador.
Por su parte, la suspensión múltiple une a la rueda y al chasis con un sistema articulado de hasta 4 barras. El amortiguador se inserta en un ángulo de inclinación determinado y que produce una mayor absorción de los impactos. Hoy en día, la suspensión multilink es la más usada en la mayoría de los coches.
Sea rígida, McPherson o Multilink, el sistema de suspensión trabaja con la unión de varias piezas imprescindibles. Mira cuáles son las más importantes.
Hoy en día, la ingeniería añade elementos y equipos cada vez más sofisticados a la mayoría de los sistemas. La suspensión no escapa de estas innovaciones y actualmente, hay sensores, muelles y dispositivos que compensan el movimiento en tiempo real y predictiva.
Sin embargo, el diseño de un sistema de suspensión tiene una serie de elementos básicos y que son comunes a todos los vehículos. Estas son las partes principales de un sistema de suspensión:
Ya que conoces las partes más importantes de la suspensión de tu vehículo, es fundamental que comprendas su mantenimiento. Estos son componentes que reciben un gran maltrato durante la rodada y por ende, requieren de una revisión continua.
En tu coche existen sistemas que no eres consciente de su funcionamiento a menos que ocurra una avería. La suspensión es uno de estos elementos. Sin un sistema de suspensión adecuado, tu coche sería vulnerable a los desniveles de la carretera y sufriría de un desgaste mucho mayor de todo el conjunto. Fíjate algunos de los problemas que podrías tener por un sistema de suspensión defectuoso:
Sin un sistema que absorba las irregularidades del suelo, el coche iría de arriba a abajo a medida que también lo hace el terreno. La falta de compensación produciría al interior un desequilibrio que puede crear una conducción insegura. Tu estabilidad en la posición de conducción se vería severamente comprometida por encima de la incomodidad causada a todos los ocupantes del coche.
Todos los coches tienen un sistema de estabilización para el motor y las principales partes. Estos sistemas mantienen la firmeza y seguridad de las partes para que no se aflojen, caigan o se muevan, sin importar lo rústico de la conducción.
Sin embargo, sin un sistema de suspensión adecuado, estos sistemas anti-impacto podrían colapsar por el desgaste. Con el paso del tiempo, el motor, chasis, dirección y transmisión podrían perder su posición inicial con fallos graves en el funcionamiento general.
Con un fallo en la suspensión, las ruedas podrían tener un contacto irregular con el suelo, lo que produciría desgastes desiguales. Esto acortaría la vida útil de los neumáticos, sistemas de frenos y de dirección. Por ende, comprometería severamente el agarre en curvas pronunciadas, terrenos mojados o desnivelados. Además, sería un elemento de riesgo en las frenadas.
El sistema de suspensión no sólo mantiene la suavidad del coche sino que lo estabiliza en cambios de dirección o del terreno. Sin un sistema funcionando a la perfección, la transferencia de fuerza entre las ruedas sería desequilibrada. Esto puede producir volcamientos, deslizamientos y pérdidas de control de la dirección.
Es por esta razón, que el Reglamento de Vehículos obliga a los conductores a tener una conducta de mantenimiento regular de sus coches. En las inspecciones de la ITV, el sistema de suspensión es revisado de manera minuciosa para otorgar un resultado positivo o negativo.
Además, algunos seguros exigen a sus clientes un mantenimiento preventivo como parte de una política de seguridad vial. Si quieres saber cuáles son estas condiciones, te invitamos a usar nuestra comparador de seguros de coche. Allí podrás comprobar si tu póliza actual tiene estas condiciones y cuáles son las mejores pólizas para tu tipo de vehículo.
Los amortiguadores, un componente esencial de la suspensión, suelen ser los primeros elementos en sufrir desgaste por la conducción. Los expertos recomiendan hacer revisiones cada 65.000 kilómetros para garantizar su buen funcionamiento.
En general todos los vehículos, incluyendo las motos, usan diferentes tipos de sistemas de suspensión. Cada uno se adapta a diferentes variables como peso, uso y altura del vehículo.
Si, en terrenos urbanos y rurales, la suspensión cumple la función de dar estabilidad, comodidad y suavidad en la conducción. Además, es un elemento fundamental en la seguridad de tu coche sin importar el terreno por el que conduzcas.
La ITV tiene dentro de sus protocolos de revisión, una inspección de los sistemas de suspensión como elemento fundamental de la seguridad. Un sistema en mal estado puede arrojar una ITV desfavorable.
https://itv.com.es/suspension-defectos-itv
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