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Las furgonetas son un tipo de vehículo utilizado principalmente para el transporte profesional de mercancías. En el desarrollo de esta actividad, suelen recorrer un gran número de kilómetros dentro de núcleos urbanos y alrededores, lo que puede generar cansancio en el conductor, con el añadido de la presión y el estrés que supone terminar todo el reparto dentro de un plazo temporal. Estas razones explicarían por qué las furgonetas son el tipo de vehículo de primera categoría (turismos, furgonetas, todoterrenos, derivados de turismo, monovolumen y familiar) con mayor riesgo de sufrir un accidente de circulación.
Las furgonetas tienen un 19,8% de probabilidad de accidente por vehículo al año, según datos recogidos en el estudio ‘Siniestralidad vehículos de primera categoría’, elaborado por el Centro de Estudios Ponle Freno – AXA. Sin embargo, a pesar de estar involucradas en uno de cada cinco siniestros, paradójicamente, los accidentes con furgonetas son los que menos daños corporales causan.
El estudio, que recoge una muestra de 4 millones de pólizas de clientes particulares y autónomos de AXA en España, revela que los vehículos de primera categoría tienen una frecuencia de siniestros media del 14,3% al año. Sin embargo, existen grandes diferencias según el segmento del vehículo, siendo los todoterrenos (12,5%) y los derivados de turismos (12,8%) los que tienen menos riesgo. Por su parte, las furgonetas tienen un 19,8% de probabilidad de siniestro al año, como veíamos, lejos del 14,9% de riesgo de los siguientes vehículos, los monovolúmenes.
Más allá del riesgo de sufrir un accidente, el estudio también analiza la culpabilidad de los siniestros registrados. Los conductores de furgonetas o vehículos industriales ligeros involucrados en un accidente de tráfico son culpables en más del 60% de los casos, lo que supone una diferencia sustancial con respecto a los conductores de turismos, monovolúmenes y familiares, cuyo porcentaje de responsabilidad se sitúa por debajo del 45%.
En los casos en los que un vehículo resulta responsable del accidente, será su aseguradora quien se haga cargo de indemnizar los daños a terceros con la cobertura obligatoria de responsabilidad civil. Los daños del vehículo tan sólo estarán cubiertos si el asegurado dispone de una póliza a todo riesgo, que proporciona la cobertura voluntaria de daños propios, que cubre la reparación de los daños parciales y, en caso de siniestro total, suele indemnizar con el valor de nuevo del vehículo durante los dos primeros años; el resto a valor venal, es decir, su valor de venta en el momento anterior al siniestro.
El estudio aporta un tercer dato relativo a la gravedad de los accidentes, con daños corporales. El informe muestra diferencias significativas según el tipo de vehículo involucrado, siendo las furgonetas las mejor paradas, con solo un 7% de los siniestros con daños corporales. En este apartado son los turismos (10,8%), seguidos de los derivados de turismos (10%), los que más probabilidad tienen de sufrir un accidente grave. Para este tipo de daños, es imprescindible que la póliza tenga incluida la cobertura voluntaria de seguro de conductor, que es la que presta asistencia sanitaria o indemniza por las lesiones que pueda sufrir el conductor en los casos en los que sea el responsable del accidente.
Los seguros específicos para furgonetas son cada vez más frecuentes en la oferta de las aseguradoras, que disponen de coberturas adaptadas a las necesidades de los conductores de este tipo de vehículos. Al igual que en el caso de los coches, el seguro a terceros básico para furgonetas es obligatorio para poder circular. Pero hay aseguradoras que han ampliado su oferta, como el vehículo de sustitución o el robo.
A la hora de contratar una póliza para una furgoneta, hay que tener en cuenta las siguientes cuestiones:
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¿Qué coberturas debe tener un buen seguro de furgonetas?
Además de los elementos básicos que todo seguro para coches debe incluir, como la responsabilidad civil, la defensa jurídica y la asistencia en carretera, u otras voluntarias que dependen de la modalidad de la póliza, como la rotura de lunas, el robo y el incendio en un seguro a terceros completo, y los daños al vehículo en un seguro de todo riesgo. En el caso de los seguros para furgonetas, hay ciertas garantías que son consideradas prácticamente esenciales.
Al igual que en el caso de los coches, la prima de una póliza de furgonetas la aplican las aseguradoras según los años de la persona que conducirá el vehículo, de los años con el permiso de conducir, el histórico de siniestros, el lugar de residencia, la profesión. Además, hay que tener en cuenta el modelo y la marca del vehículo, el tipo de carburante que utiliza y el año de matriculación. Además, es importante conocer la utilidad que se le da a la furgoneta, ya sea para uso profesional, personal u ocasional, la distancia anual que se tiene previsto hacer cada año, las rutas, si aparca en garaje o en la calle, etc.
Las furgonetas son un tipo de vehículo utilizado principalmente para el transporte profesional de mercancías. En el desarrollo de esta actividad, suelen recorrer un gran número de kilómetros dentro de núcleos urbanos y alrededores, lo que puede generar cansancio en el conductor, con el añadido de la presión y el estrés que supone terminar todo el reparto dentro de un plazo temporal.
Las furgonetas tienen un 19,8% de probabilidad de accidente por vehículo al año, según datos recogidos en el estudio ‘Siniestralidad vehículos de primera categoría’, elaborado por el Centro de Estudios Ponle Freno – AXA.
No, todo lo contrario. A pesar de estar involucradas en uno de cada cinco siniestros, paradójicamente, los accidentes con furgonetas son los que menos daños corporales causan.
Es importante la atención al cliente, la disponibilidad de grúa y la asistencia en carretera y la oferta de la compañía en caso de retirada del carné de conducir., para no paralizar la actividad. Todo ello para que no cese la actividad comercial.
Fuentes:
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