¡Solo del 20 al 30 de noviembre!
Contrata online tu seguro y consigue un 40% de reembolso del total de tu póliza.
¡No dejes pasar esta oportunidad única para ahorrar!
Aprovecha ahora y asegura tu vehículo al mejor precio.
Consigue ahora el 40% de reembolso
en reseñas de GoogleDesde hace algunos años se ha pasado del rechazo al “cuantos más mejor” en los seguros de motos. Las aseguradoras que suscribían seguros de motos lo siguen haciendo ahora. El problema es que los nuevos actores en este tipo de seguros han entrado “a ciegas” en el mercado, y, muchas veces, guiados por las tarifas de coches, lo que plantea varios problemas. Este “despiste” se puede convertir en un lastre, porque, tarde o temprano, o bien dejarán de asegurar este tipo de riesgo, o bien se verán enfrentados con una alta siniestralidad, fruto de su inexperiencia en definir y asumir el riesgo correctamente, cuando se trata de motos.
La principal diferencia entre un coche y una moto es que, mientras que el coche puede ser considerado un “electrodoméstico”, la moto es un “sueño”. La mayoría de conductores de coches lo utilizan como un medio de transporte de un sitio a otro. La gran mayoría de los conductores de motos, por el contrario, las utilizan como un “sueño” cumplido, nadie lleva una moto como “electrodoméstico”.
En este informe solamente se va a incidir en las motos “de carretera”, para otro informe quedan otros vehículos como los ciclomotores, motos de 125cc o quads, que deben tener un tratamiento diferenciado. El primer y más importante aspecto a la hora de poner una tarifa a una moto es conocer a fondo los distintos tipos de motos y los distintos tipos de conductores.
Además de los modelos estadísticos y matemáticos que se utilizan para la evaluación de riesgos que se aplica a los coches, con las motos hay que tener muy en cuenta otros factores, y es que no se pueden asignar tarifas ni por potencia, ni por cilindrada, ni por coste de adquisición. Y a los conductores no se les puede “asignar” el riesgo solo en función de la edad o los años de conducir, sino que hay que tener en cuenta la “filosofía” y el “tipo” del conductor, es decir, en función de lo que el usuario espera de la moto.
De forma genérica, se puede decir que hay tres grandes tipos de motos, que llamaremos ”cuchillo”, ”tenedor” y ”cuchara”. Las motos ”cuchara” son motos que, por su filosofía de construcción, están destinadas a un uso más ”racional”, son las que tienen menos probabilidad de tener un siniestro. Las motos “cuchillo” son aquellas que tienen el mayor índice de probabilidad de tener siniestros a menudo. Las motos “tenedor” son aquellas que, sin llegar a la condición de ”cuchillo”, pueden llegar a hacer daño a la compañía con varios siniestros.
Dentro de estos tres grandes tipos de motos, hay subgrupos. Hay aseguradoras que intentan clasificar a las motos por cilindrada, o por precio, o por potencia. Pero esta clasificación no siempre es adecuada. Como punto de partida, hay que tener en cuenta que, en las motos, como en los coches, hay que empezar por el precio. Supongamos el caso de un usuario que tiene un presupuesto de 10.000 euros para comprar la moto de “sus sueños”. Con este presupuesto, hay mil opciones de compra, de tal manera que podemos adquirir motos de muchos tipos.
Tomemos como ejemplo una Harley Davidson Sportster y una Kawasaki ZX 6 R. Parecen más o menos iguales, pero entre ambas hay diferencias abismales. Ambas motos valen casi lo mismo, pero la primera tiene 883 cc de cubicaje y la segunda solamente 600cc. Si hacemos una tarifa por cilindrada, o por precio, lo que ocurrirá es que la aseguradora pondrá un precio muy competitivo a la Harley y dejará de lado la Kawasaki. ).
Y esto es así porque es casi imposible ver a una Harley levantada de ”manos” y cruzando rueda en las curvas de la Arrabassada, como lo es ver a una Kawasaki ZX a 100 km/h en la autopista de Bilbao. Pero aún hay más, si en vez de la Harley Davidson Sporter, elegimos la Road King, a pesar de valer el doble y de tener el doble de cilindrada seguirá siendo una moto no pensada para la exhibición. Y si cogemos la Ducati 848, aunque no tenga la “R” en su apellido, sigue siendo una moto de exhibición. ¿Deben tener la misma tarifa?
Radicalmente no. Podemos hacer una nueva comparación entre una Suzuki Intruder M 800 R y una Triumph Street Triple 675. La primera vale más que la segunda, tiene mucha más cilindrada, más caballos, y sigue siendo una moto “tranquila”. La segunda es una moto con algo más de riesgo. Y esto es así porque va a resultar casi imposible ver a una Suzuki Intruder haciendo un caballito, o tocando la rodilla en el puerto de la Cruz Verde, como también será imposible ver a una Street Triple guardando fila religiosamente en un atasco de una ciudad en hora punta. ¿Deben tener la misma tarifa? Tampoco.
Una BMW F 800 ST 85cv, 800cc y una BMW F GS 85cv, 800cc. Ambas motos son de la misma marca, valen lo mismo, tienen los mismos caballos, la misma cilindrada. Son… aparentemente, iguales. La diferencia está en que, mientras el usuario de la GS busca una conducción más relajada, porque su puesto de conducción es más alto, el de la ST es más “deportivo” y va más “agachado”. ¿Deben tener la misma tarifa?: casi sí, pero no, la versión ST tiene “más riesgo” que la GS.
Es obvio que la edad es un factor clave a la hora de dar una tarifa de moto. Si cabe, más aún que en los coches, es un factor de riesgo muy importante, pero hay que matizarlo, porque puede ser un agravante doble, o un riesgo simple. Con 20 años, todos queremos llevar una Ducati o una CBR, y con el paso de la edad, se va pasando a motos más “civilizadas” y confortables.
Pero, el mundo de la moto es ”muy especial”, y eso se traslada al tipo de conductor que lleva una moto. Cada “tipo” debe tener asociada su tarifa. En el mundo del coche, la gran mayoría de los conductores son ”accidentales”, es decir, utilizan el coche porque facilita la labor de desplazarnos de un sitio a otro. Y además se utiliza durante todo el año, sea verano o invierno, llueva o haga calor. Y tienen sus propias reglas de juego y tarifas. En el mundo de las motos, hay dos grandes grupos de conductores: los ”accidentales” y los “perennes”.
Leer también: Seguros de moto baratos
Son aquellos conductores que han llegado al mundo de las dos ruedas pensando en que mejora la calidad de su vida personal, pero no como “amantes” de la moto. Por ejemplo, los hay que utilizan la moto solo durante la época de buen tiempo. Y a poco que llueva guardan la moto y sacan el coche.
Este tipo de conductor tiene unas ventajas y unos inconvenientes: está menos tiempo expuesto al riesgo que conlleva conducir la moto, y además, lo hace en las mejores condiciones climáticas posibles. Pero es también un conductor mucho menos experimentado, que, ante la duda, “afloja” el acelerador en busca del freno. Cuando la situación se pone difícil, tiene muchas más probabilidades de tener un accidente, porque no es una persona tan diestra en la conducción de la moto.
A este grupo se le añade un “subgrupo” desde hace unos años: son aquellos conductores de carné de conducir B (el de coche) y que pueden acceder a motos de hasta 125cc. De este grupo, con el paso del tiempo, una gran mayoría se quedará en “accidental”, y la minoría se pasará al grupo de los “perennes” al descubrir el mundo de las dos ruedas.
Los conductores perennes son aquellos que utilizan la moto todo el año. Puede que lo hagan por ”pasión y ocio”, puede que lo hagan por “pasión y obligación”. Los pasión-ocio son aquellos que disfrutan, aman, y viven la moto, y están esperando a que llegue el fin de semana para ir a ”hacerse unas curvas” al puerto, o a que llegue el Gran Premio de Jerez para viajar.Este tipo de conductores tiene sus ventajas y sus inconvenientes: saben conducir bien, mejor que ningún otro grupo, tienen la moto puesta a punto siempre y arriesgan más, porque buscan ”emociones”.
En este grupo de usuarios se pueden encontrar diferencias muy grandes en el tipo de moto que conducen. Puede ser desde una tranquila Harley, a una deportiva. Los “pasión-obligación” son aquellos otros que han elegido la moto como medio de transporte para sus obligaciones, por ejemplo, los que se tienen que desplazar todos los días al trabajo. Les gusta la moto, la aman, y además de ello, les sirve como medio de transporte para sus obligaciones.
Este tipo de conductores tiene sus ventajas y sus inconvenientes: saben conducir bien, y tienen mucha experiencia a base de circular mucho tiempo a lo largo del año. Tienen la moto puesta a punto siempre, y lo hacen porque aman la moto, y porque la necesitan para su uso diario. Arriesgan menos que los ”pasión-ocio”, porque están expuestos al riesgo todos los días y saben que cualquier imprevisto dará con sus huesos en el suelo.
Te interesa
¿Cuál es la filosofía del conductor?
Además del “tipo del conductor”, también hay que tener en cuenta la ”filosofía” del conductor. Los amantes de las motos pueden serlo de muy diferentes clases. Podríamos hablar de los ”especiales”, los ”viajeros”, los ”curritos” y los ”cañeros”. Los ”especiales” son aquellos conductores que buscan ”algo diferente”. No les importa llegar pronto, no les importa que el resto le adelante, no les importa que su moto frene poco, solo quieren ese tipo de moto. Es más, no viajan todos los días con ella, ni la utilizan para viajes largos, solo para dar un paseo el domingo o en ocasiones especiales.
Son los conductores, por ejemplo, de las Harley Davidson, o en su versión distinta, por ejemplo, Honda World Wing. Para esta filosofía, hay que tener en cuenta que no deberían influir ni los caballos, ni la cilindrada, ni el coste de adquisición, y debería amortiguarse el impacto de la edad del conductor. Son los usuarios que deberían tener la tarifa más baja del mercado.
Los “viajeros” son aquellos conductores que buscan disfrutar de la moto, pero con el mayor grado de confort posible. No van a renunciar a viajar, a irse de vacaciones con su moto, pero tampoco quieren que sea “un suplicio” hacer 500 km en un día y llegar agotado. Son los conductores, por ejemplo, de la BMW K 1200 LT, la Yamaha FJR 1300 o la Kawasaki GTR 1400. ¿Por qué motivo la Guardia Civil lleva este tipo de moto?: comodidad, seguridad…
Los ”curritos” son los que buscan lo práctico, lo adecuado, lo cómodo. Es sencillo identificarlos, porque son usuarios de scooter de gran cilindrada, como puede ser, por ejemplo, en la Suzuki Burgman 650. Son el grupo donde mayor cantidad de usuarios utilizan una moto como un ”electrodoméstico”. En esta ”filosofía”, es sencillo diferenciar a los usuarios accidentales de los perennes, por ejemplo, un usuario de una Yamaha T MAX busca ”algo más” que una simple moto que le lleve al trabajo, sin renunciar a la comodidad de un “scooter”. Es un usuario ”perenne”.
Los ”cañeros” son aquellos que buscan el placer del riesgo, de las curvas, del límite. En función del nivel económico, hay un modelo a su alcance. Desde las más asequibles, como la Cagiva Mito, hasta las más caras como la Ducati 1098. En esta ”filosofía” de moto, adquiere un papel muy importante la edad. Los más jóvenes lo que buscan es el riesgo, el límite y, a ser posible, en cada curva. Si la edad del conductor es más avanzada, seguirá buscando ese límite, pero con un menor grado de riesgo.
Muchas veces nos han preguntado sobre “cómo entrar en el negocio de las motos”. La respuesta siempre ha sido la misma… “antes de mover un solo dedo, contrata a una persona que sepa de motos, se las conozca todas, una por una, de tal manera que cuando vea la silueta de una moto allí lejos, solo por la silueta o el ruido que hace, te diga marca, modelo, y versión. Solo con ese apoyo, ya habrás avanzado el doble”. El mundo de las dos ruedas es diferente, y la especialización es imprescindible si se desea entrar en el negocio. Es necesario conocer las motos, los tipos de conductores, y su filosofía, si se quieren aplicar tarifas que sean, por un lado, competitivas, y por otro lado, con un riesgo adecuado. Cuando pase el “boom” de las dos ruedas, quedarán los de siempre, y de los nuevos actores, solo aquellos que entiendan de motos.
No tienen nada que ver. Es importante distinguir bien ambos vehículos y el tipo de siniestralidad que llevan asociada a la hora de fijar las tarifas de sus seguros.
La mayoría de conductores de coches lo utilizan como “electrodoméstico”, es decir, es un medio de transporte que te lleva de un sitio a otro. La gran mayoría de los conductores de motos lo utilizan como “sueño”.
Hay que tener en cuenta la “filosofía” y el “tipo” de conductor. No se pueden asignar tarifas ni por potencia, ni por cilindrada, ni por coste.
De forma genérica, se puede decir que hay tres grandes tipos de motos: las que están destinadas a un uso más “racional”, y tienen menos probabilidad de tener un siniestro. Un segundo tipo son aquellas que tienen el mayor índice de probabilidad de muchos siniestros. Un tercer tipo son aquellas que pueden tener riesgo en función del perfil del conductor.
Únete a la discusión