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Consigue ahora el 40% de reembolsoEn el siguiente artículo descubrirás lo fácil que es utilizar la calculadora seguro de vida de Arpem, además de conocer los servicios principales que ofrecen estas pólizas. Si todavía no lo tienes claro, también leerás algunas de las ventajas de disponer de una póliza de tales características. Seguramente que si has llegado hasta aquí es porque estás en plena búsqueda del mejor seguro, no desesperes, encontrarás muy pronto lo que buscas con las mejores coberturas y al mejor precio. ¿Empiezas ya?
En el apartado de seguros de vida de Arpem, encontrarás una calculadora en la que, en tan solo un minuto, podrás calcular el precio de tu seguro de vida. Es muy sencillo, tan solo deberás rellenar unas casillas y listo.
Con solo estos datos, se te dará una aproximación del precio de tu seguro de vida. Además, te llamarán en seguida para poder explicarte las garantías, condiciones y exclusiones del seguro.
Como ya sabes, un seguro de vida siempre será adaptado a tus condiciones y preferencias, pero hay servicios y coberturas que debes tener en cuenta para elegir bien el tuyo:
Si tienes dudas de alguna de las coberturas anteriores, contacta con un experto en seguros para que pueda solventar todas tus dudas. Las opciones de contratar una póliza son múltiples, así que no dejes nada por preguntar y no te quedes nada en el tintero. Es muy importante que conozcas a la perfección todas las condiciones de un contrato de tal envergadura.
Seguro que te has planteado por qué deberías tener un seguro de vida, si todavía no lo tienes claro, a continuación, descubrirás las ocho ventajas que te harán cambiar de opinión. No importa la edad que tengas, siempre es un buen momento para contratar una póliza que te elimine ciertos quebraderos de cabeza con vistas a futuro.
Estas son solo algunas de las ventajas de contar con un seguro de vida. Ahora que ya sabes lo rápido que se calcula este tipo de póliza y el listado infinito de beneficios, no tienes excusa para encontrar la que más se adapte a tus necesidades.
Aunque hubo muchas predecesoras, la primera calculadora en poder realizar multiplicaciones directas fue inventada por un español. Ramón Verea, nacido en 1833, fue un periodista gallego que trabajó en la Universidad de Santiago de Compostela. Debido a la ideología de la época, fue expulsado de la facultad por sus ideas anticlericales.
Su máquina de 26 kilos de peso fue toda una revolución, ya que no existía ningún modelo que hiciera las multiplicaciones de forma directa. Lo que se hacía hasta ese momento era sumar la misma cantidad varias veces para obtener la cifra requerida. ¿Os imagináis ir al instituto con una máquina de casi 30 kilos? La calculadora moderna digital no llegó hasta 1965 de la mano de Casio. Este invento ha servido para revolucionar la vida de la especie humana, y se han inventado miles de variantes, como la calculadora online, como la que puedes utilizar en la web de Arpem para encontrar el mejor seguro para ti.
Para conocer si una persona que ha fallecido disponía de un seguro de vida, basta con ir al Registro de Contratos de Seguros de Cobertura de Fallecimiento. Este registro es público y pertenece al Ministerio de Justicia. Allí te darán toda la información que necesitas.
No, no es obligatorio, pero sí recomendable. En caso de fallecimiento, el seguro correrá con todos los gastos y, además, tus beneficiarios podrán recibir una cuantía estipulada en el contrato para que puedan seguir manteniendo una estabilidad económica.
La carencia de un seguro es el tiempo estipulado en el que algunas coberturas del seguro pueden no estar disponibles.
Habitualmente un seguro de vida sí tiene carencia, pero esta suele ser de pocos meses. Una vez que pase ese plazo, entrarían en vigencia todas las coberturas, garantías y prestaciones estipuladas en la póliza. Además, normalmente existe una carencia de un año en casos de suicidio.
Es el impedimento que supone que una persona no pueda ejercer un trabajo de forma eficaz y con rendimiento mínimo. Según la Seguridad Social existen cinco grados de clasificación: incapacidad total, parcial, total cualificada, absoluta y gran invalidez.
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